La fidelidad a Dios no es ninguna garantía de que los creyentes serán librados de la dificultad del dolor y del sufrimiento en su vida. En realidad, Jesús enseñó que se debe esperar eso, Juan 16:1-4; 33. La Biblia proporciona...
EL SUFRIMIENTO DE LOS JUSTOS
Job 2:7-8 “Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza. Y tomaba Job un tiesto para rascarse con él, y estaba sentado en medio de ceniza”
La fidelidad a Dios no es ninguna garantía de que los creyentes serán librados de la dificultad del dolor y del sufrimiento en su vida. En realidad, Jesús enseñó que se debe esperar eso, Juan 16:1-4; 33. La Biblia proporciona numerosos ejemplos de personas piadosas que experimentaron muchísimos sufrimientos por diversas razones, recuerde a José, David, Job, Jeremías y Pablo.
PORQUE SUFREN LOS CREYENTES?
Hay diversas razones:
Los creyentes experimentan el sufrimiento como una continua consecuencia de la caída de Adán y Eva. Cuando el pecado entró en el mundo, el dolor, la tristeza, el conflicto y la muerte entraron en la vida de los seres humanos, Génesis 3:16-19. Pablo afirma esto: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” Romanos 5:12. En realidad, todo el universo creado gime bajo los efectos del pecado y anhela la época del nuevo cielo y la nueva tierra. Romanos 8:20-23; 2Pedro 3:10-13. Respuesta: Siempre se debe depender de la gracia, de la fortaleza y del consuelo de Dios.
Algunos creyentes sufren por la misma razón que sufren los incrédulos, es decir, como consecuencia de sus propias acciones. El principio de que “Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” Galatas 6:7, se aplica en sentido general a todo el mundo. Si se conduce imprudentemente un vehículo, se pudieran sufrir serios accidentes. Si se es indisciplinado en los hábitos alimentarios, es probable que surjan serios problemas de salud. Dios pudiera usar tal sufrimiento como un medio de disciplinar al creyente para que pueda alcanzar el “Fruto apacible de justicia”. Respuesta: Siempre se debe actuar con sabiduría y conforme a la Palabra de Dios, y se debe evitar cualquier cosa que aparte del cuidado protector de Dios.
Los creyentes también sufren, al menos en lo profundo de su ser, porque viven en un mundo pecaminoso y corrupto. A su alrededor están los efectos del pecado; sufren aflicción y angustia cuando ven el poder que el mal ejerce sobre tantas vidas. respuesta: Hay que pedirle a Dios que muestre su victoria sobre el poder del pecado.
Los creyentes sufren por la obra del diablo. a) las Escrituras ponen de claro que Satanás, como “el dios de este siglo” 2Co. 4:4, controla este presente siglo malo 1Juan 5:19. Se le ha dado poder de afligirnos de diversas maneras. 1Pedro 5:8-9. El relato de Job se concentra en un hombre justo y devoto que, con el permiso de Dios, fue atormentado por Satanás con indecibles sufrimientos. Jesús aseveró que una de las mujeres que sanó había estado atada por Satanás durante dieciocho años. Lucas 13:11, 16. Pablo reconoció que su aguijón en la carne era “un mensajero de Satanás que me abofetee” 2Co. 12:7. Cuando se participa en la guerra espiritual contra “los gobernadores de las tinieblas de este siglo” Ef. 6:12, inevitablemente se sufrirá la adversidad. A fin de que el creyente se enfrente a tales ataques, Dios le ha dado armadura espiritual, Efesios 6:10-18, y armas espirituales 2Co. 10:3-6. Respuesta: Hay que ponerse toda la armadura de Dios y orar Efesios 6:10-20, resueltos a persevera fielmente en su poder. b) Satanás y sus seguidores se deleitan en perseguir a los creyentes. Los que aman al Señor Jesús y siguen sus principios de verdad y justicia serán perseguidos por su fe. En realidad, tal sufrimiento por causa de la justicia pudiera ser una vindicación de la genuina devoción a Cristo. Respuesta: Como a todos los verdaderos creyentes se les llama a sufrir persecución y deshonra por causa de la justicia, hay que permanecer firmes y constantes, y seguir confiando en el que juzga justamente. Mateo 5:10; 1Co. 15:58; 1Pedro 2:23
Mas positivamente, otra razón por la que sufren los creyentes es que “nosotros tenemos la mente de Cristo”. Ser cristiano significa estar en Cristo, ser uno con Él; como resultado el creyente participa en sus sufrimientos. Por ejemplo, así como Cristo lloró angustiado sobre la ciudad impía de Jerusalén y su negativa a arrepentirse y a aceptar la salvación (Lucas 19:41), también el creyente debe llorar por el carácter pecaminoso y perdido de la humanidad. Respuesta: El creyente debe agradecer a Dios que así como los sufrimientos de Cristo son suyos, también lo es la consolación de Él.
Nota: Todas las referencias Bíblicas son tomadas de la versión Reina – Valera de 1960
SEGUNDA PARTE
Dios mismo puede usar el sufrimiento en la vida como un catalizador para el crecimiento o la transformación espiritual.
Con frecuencia Él usa el sufrimiento para llamar a su pueblo descarriado para que se arrepienta de sus pecados y renueve su fe y confianza en Él. Respuesta: Se debe confesar el pecado conocido y examinar la propia vida para ver si hay algo que desagrada al Espíritu Santo.
A veces Dios usa el sufrimiento para probar la fe, para ver si el creyente permanece fiel a Él. Esa fue la razón para permitirle a Satanás que afligiera a Job: ¿Seguiría Job entregado al Señor, o blasfemaría a Dios en su misma presencia? Santiago les llama a las diversas pruebas que enfrentan los creyentes “la prueba de vuestra fe” Santiago 1:3; a través de ellas se perfecciona la fe en Cristo. Respuesta: Se debe comprender que la autenticidad de la fe resultará en “alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo” 1Pedro 1:7. Respuesta: El creyente debe ponerse a tono con lo que Dios quisiera que él aprendiera del sufrimiento.
También Dios pudiera enviar aflicción y tribulación al creyente para que se más capaz de consolar y animar a otros que sufren. Así la eficacia del ministerio profundiza e incrementa. Respuesta: Se debe usar la experiencia de aflicción para alentar y fortalecer a otros creyentes.
Por último, Dios puede usar, y usa, el sufrimiento de los justos para promover la causa de su reino y su plan de redención. Por ejemplo, todas las injusticias que José sufrió a manos de sus hermanos y de los egipcios formaban parte del plan de Dios “para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación”. El principal ejemplo de este principio de sufrimiento es Cristo, el “Santo y … Justo”, Hechos 3:14, que sufrió persecución, agonía y muerte para que se cumpliera plenamente el plan de salvación de Dios. Eso no exime de impiedad de quienes lo crucificaron, Hechos 2:23, pero sí indica cómo Dios puede usar el sufrimiento de los justos por obra de pecadores para sus propios propósitos y para su propia gloria.
LA RELACION DE DIOS CON EL SUFRIMIENTO DE LOS CREYENTES.
Lo primero que debe recordarse es esto: Dios participa en los sufrimientos del creyente. Aun cuando Satanás es el dios de este mundo, él puede afligir la vida del creyente sólo por la voluntad permisiva de Dios.
Dios ha prometido en su Palabra que Él no permitiría que el creyente sea aprobado más de lo que sea capaz de soportar, 1 Corintios 10:13
También Dios ha prometido sacar algo bueno de todos los sufrimientos y de la persecución de quienes lo aman y obedecen sus mandamientos, Romanos 8:28. José reconoció esa verdad en su propia vida de sufrimiento, y el autor de la Epístola a los Hebreos muestra cómo Dios usa las circunstancias dolorosas de la vida para el desarrollo y beneficio del creyente.
Además, Dios ha prometido estar al lado del creyente en su aflicción, caminar con él “en valle de sobra de muerte”, Salmo 23:4; Isaías 43:2. Él está a su lado por medio de su Espíritu Santo, que lo consuela en todas sus tribulaciones, 2 Corintios 1:4. A cada uno de sus hijos el envía suficiente gracia para que pueda soportar las pruebas de la vida.
Por último, no se debe olvidar que el Señor Jesús comparte la aflicción de los creyentes. Cuando ellos oran, tienen un compasivo sumo sacerdote que sufrió en sí mismo las diversas dimensiones de sus pruebas y sufrimiento, Hebreos 4:15. En realidad “llevó el nuestras enfermedades, y sufrió todos nuestros dolores.”; Hay santidad para los propios sufrimientos mediante los sufrimientos que Él llevó en nombre de los creyentes.
VICTORIA SOBRE EL SUFRIMIENTO PERSONAL.
Ahora hay que referirse a un asunto importante: cuando se sufren las pruebas y aflicción ¿qué personas se pueden dar para lidiar con tal sufrimiento a fin de ser victoriosos sobre él?.
En primer lugar, hay que considerar las diversas razones por las que sufren los seres humanos, y cómo esas razones son pertinentes para cada uno. si se puede especificar una razón específica, entonces hay que seguir la respuesta apropiada.
Hay que creer que Dios se interesa en el creyente profundamente, sin considerar cuan severas sean sus circunstancias. Nunca el sufrimiento debe llevar a nadie a negar el amor de Dios ni a rechazarlo como su Señor y Salvador.
Hay que volverse a Dios en oración ferviente y buscar su rostro. Hay que esperar en Él hasta que libre de la aflicción
Hay que esperar que Dios de la gracia que se necesite para soportar la aflicción hasta que llegue la liberación. Siempre se debe recordar que “somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”, Romanos. 8:37
La fe cristiana no consiste en la eliminación de la debilidad humana. Hay que leer la Palabra de Dios, sobre todo los salmos que dan consuelo en tiempo de aflicción.
Hay que buscar la revelación y la opinión de Dios con respecto a la situación particular: mediante la oración, la lectura de las Escrituras, los instrumentos del Espíritu Santo, o el consejo de un creyente piadoso y plenamente desarrollado
Durante el tiempo de sufrimiento hay que recordar la predicción de Cristo de que el creyente sufrirá tribulación y aflicción en su vida, Juan 16:33
Hay que esperar con anhelante expectación aquel tiempo en que “enjugará Dios toda lagrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá mas llanto, ni clamor, ni dolor.
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