lunes, 23 de noviembre de 2009

LA ORACION EFICAZ

La oración se refiere a la multifacética comunicación de los creyentes con el Señor Dios. Además del verbo “Orar” y sus respectivas conjugaciones, se describe esta actividad como invocación a Dios (Sal 17:6)...



LA ORACION EFICAZ DE LA IGLESIA

1 Reyes 18:42b – 45: “Y Elías subió a la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas. Y dijo a su criado: Sube ahora, y mira hacia el mar. Y el subió, y miró y dijo: No hay nada. y él le volvió a decir: Vuelve siete veces. A la séptima vez dijo: Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Y él dijo: Ve, y di a Acab: Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te ataje. y aconteció estando en esto, que los cielos se oscurecieron con nubes y viento, y hubo una gran lluvia. Y subiendo Acab, vino a Jezreel:”

La oración se refiere a la multifacético comunicación de los creyentes con el Señor Dios. Además del verbo “Orar” y sus respectivas conjugaciones, se describe esta actividad como invocación a Dios (Sal 17:6), invocación del nombre de Jehová (Gn 4:26), clamor a Jehová (Sal 34:6), levantar el alma a Dios (Sal 25:1), buscar a Jehová (Is 55:6), acercarse confiadamente al trono de la gracia (Heb. 4:16) y acercarse a Dios (Heb 10:22).



PORQUÉ ORAR?:

La Biblia proporciona algunas razones claras por las cuales los creyentes deben orar.



Ante todo, Dios les ordena a los creyentes que oren. La orden de orar sale de los labios de los salmistas (1 Cr 16:11; Sal 105:4), de los profetas (Is 55:6; Am 5:4, 6), de los apóstoles (Ef 6:17-18; Col 4:2; 1Ts 5:17) y del Señor Jesús mismo (Mt 26:41; Lc 18:1; Jn 16:24). Dios desea la comunión de los seres humanos; mediante la oración se mantiene la relación con Él.
La oración es el vínculo necesario para recibir las bendiciones y el poder de Dios, y el cumplimiento de sus promesas. Numerosos pasajes bíblicos ilustran este principio. Jesús, por ejemplo, prometió que sus seguidores recibirían el Espíritu Santo si persistían en pedir, buscar y llamar a la puerta de su Padre Celestial (Lc 11:5-13). Por eso, después de la ascensión de Jesús, sus seguidores constantemente se dedicaron a la oración en el aposento alto (Hch 1:14) hasta que con poder el Espíritu Santo se derramó el día de Pentecostés (Hch 2:1-4). Cuando los apóstoles se reunieron después de su arresto y liberación por parte de las autoridades judías, ellos oraron fervientemente para que el Espíritu Santo les diera denuedo y autoridad para hablar su Palabra. Con frecuencia el apóstol Pablo pidió oraciones por sí mismo, sabiendo que su obra no tendría éxito a menos que los creyentes estuvieran orando por él (son ejemplo Rom 15:30-32; 2Co 1:11; Ef 6:19-20)
En su plan de salvación para el género humano, Dios ha establecido que los creyentes sean sus colaboradores en el proceso redentor. En algunos aspectos, Dios se ha limitado a sí mismo a las oraciones santas, fieles y perseverantes de su pueblo. Hay muchas cosas que no se realizarán en el reino de Dios sin las oraciones intercesoras de los creyentes. Por ejemplo, Dios desea enviar obreros a su mies evangelística; Cristo enseña que no se cumplirá a plenitud ese propósito de Dios sin las oraciones de su pueblo: “Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” Mateo 9:38. En otras palabras, se pone en oración el poder de Dios para realizar muchos de sus propósitos mediante las oraciones fervientes y eficaces de su pueblo por el progreso de su reino. Si se deja de orar, en realidad se pudiera estar obstaculizando la realización del propósito de Dios, para el creyente como individuo y para la iglesia como cuerpo.


REQUISITOS PARA UNA ORACION PODEROSA:

Para que sea eficaz la oración, se deben llenar varios requisitos:

Las oraciones no tendrán respuesta a menos que se tenga una fe sincera y genuina. Jesús declara explícitamente: “Os digo que todo lo que pidieres orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá” Marcos 11:24.

Debe hacerse la oración en el nombre de Jesucristo. Jesús mismo expresó ese principio cuando dijo: “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, yo lo haré” Juan 14:13-14. Las oraciones deben estar en armonía con la persona, el carácter y la voluntad del Señor

Solo es eficaz si se hace conforme a la santa y perfecta voluntad del Señor. “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye” 1 Juan 5:14. Si se quiere entender la voluntad del Señor, la mayoría de veces esta se encuentra expresada en las Sagradas Escrituras.

Un punto bien importante si queremos ver las respuestas a nuestras oraciones, es tener una intimidad intachable con Dios, es decir, llevar una vida integra delante de su presencia. “Y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él” 1 Juan 5:14.



Por último, no podremos olvidarnos de la persistencia necesaria, éste es el punto principal de la parábola de la viuda en Lucas 18:1-7



MÉTODOS BÍBLICOS PARA UNA ORACIÓN EFICAZ:

->Alabar y adorar a Dios (Sal 150; Hch 2:47; Ro 15:11)

]-->Dar acción de gracias a Dios (Sal 100:4; Mt 11:25-26; Fil 4:6)

]-->Una sincera confesión de pecados (Stg 5:15-16; 1Jn 1)

->Tener una adecuada motivación (Stg. 4:2-3)

]-->Orar fervientemente por los demás, interceder (Nm 14:13-19; Sal 122:6-9)

EN QUÉ POSICIONES SE DEBE ORAR?:

La Bíblia registra oraciones hechas de pie (1 R 8:22; Neh 9:4-5), sentados (1 Cr 17:16; Lc 10:13), de rodillas (Es 9:5; Dn 6:10; Hch 20:36), acostados en una cama (Sal 63:6), bajando la cabeza al suelo (Ex 34:8; Sal 95:6), acostado en tierra (2S 12:16; Mt 26:39) y levantando las manos al cielo (Sal 28:2; Is 1:15; 1 Ti 2:8)

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