miércoles, 25 de noviembre de 2009

UNA SANA DOCTRINA

Una sana doctrina se adhiere firmemente a las doctrinas fundamentales de las Sagradas Escrituras tales como:

1. La Inspiración de las Sagradas Escrituras: 2 Timoteo 3:15-17 / 2 Pedro 1:19-21

2. La Adorable Deidad en Tres Personas: Padre, Hijo, Espíritu Santo: Mateo 3:16, 17; 17:1-5; 28:19 / Génesis 1:26; 3:22; 11:7 / Juan 14:16-23; 16:32; 17:5, 24, 26; 18:5, 6 / 2 Pedro 1:17, 18 / 1 Juan 5:7 / Apocalipsis 5

3. La Salvación por la fe en Cristo: Romanos 10:13 / Tito 2:11 / Lucas 24:47 / Tito 3:5-7 / Juan 3:16

4. El Nuevo Nacimiento: Juan 3:36 / 1 Pedro 1:23 / 1 Juan 3:9

5. La Justificación por la Fe: Romanos 5:1 / Tito 3:7

6. El Bautismo en Agua por Inmersión, según lo ordenado por Cristo: Mateo 28:19 / Hechos 8:36-39

7. El Bautismo en el Espíritu Santo, subsecuente a la salvación: Hechos 1:4, 8; 2:4 / Lucas 24:49

8. La Sanidad Divina: Isaías 53:4 / Mateo 8:16, 17 / Marcos 16:18 / Santiago 5:14, 15

9. Los Dones del Espíritu Santo: 1 Corintios 12:1-11

10. Los Frutos del Espíritu Santo: Gálatas 5:22-26

11. La Santificación: Hebreos 12: 14 / 1 Pedro 1:15, 16 / 1 Tesalonicenses 4:3; 5:23 / 1 Juan 2:6

12. El ministerio y la Evangelización: Marcos 16:15-20 / Romanos 10:15

13. El Diezmo y el Sostenimiento de la Obra: Génesis 14:20; 28:22 / Mateo 24:14

14. El Levantamiento de la Iglesia: 1 Tesalonicenses 4:16, 17 / Romanos 8:23 / 1 Corintios 15:51-52

15. La Segunda Venida de Cristo: 2 Tesalonicenses 1:7 / Tito 2:13 / Zacarías 14:1-9 / Judas 14, 15 / Mateo 24:30-31

16. El Reino Milenial: Apocalipsis 19:20; 20:3-10 / Isaías 2:1-4; 11:5-10 / Zacarías 9:10

17. Cielos Nuevos y Tierra Nueva: 2 Pedro 3:13 / Apocalipsis 21:1 / Isaías 65:17; 66:22

SISTEMA DOCTRINAL

I. MORAL
Nuestra moral se sustenta en las más altas normas y principios cristianos, éticos, de respeto, rectitud, honestidad y humildad, dados por Dios para su pueblo.

II. DOCTRINA
Nuestra doctrina es Cristo céntrica y basada en la Biblia; no fusionada con tradiciones y enseñanzas humanas, sino fundamentada en las enseñanzas más puras de la Palabra de Dios; la autoridad más confiable que fue tomada de los manuscritos originales. Las Sagradas Escrituras contienen 66 libros, los cuales no son de interpretación privada, porque los santos hombres de Dios, hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.
(2 Timoteo 3:15-17; 2 Pedro 1:20-21).

¿ QUÉ NO ES UNA SANA DOCTRINA ?

l Es todo esto que ha sido mencionado, y a la vez NO ES un ministerio disgregado y personalista, donde cada cual levanta su propia imagen, su propio ministerio e intereses personales; sino que es un ministerio integrado por hombres y mujeres de Dios inspirados por un acrisolado espíritu de fe y sacrificio, con un propósito múltiple y común entre todos en bien de la salvación de las almas, “hasta que Cristo sea formado” en cada vida (Gálatas 4:19); y luego, “para perfección de los santos, para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la plenitud de Cristo”. Efesios 4:12, 13.

¿ QUÉ ES UNA SANA DOCTRINA ?

Es un movimiento continuo de esfuerzo y de proyección mundial, también es un ministerio evangelístico, dedicado a producir y publicar literatura cristiana; es un ministerio para fundar nuevas congregaciones y edificar capillas y templos; es un ministerio de oración, ayuno y búsqueda del rostro de Dios; es un ministerio de enseñanza bíblica, sana doctrina y sujeción a la Santa Palabra de Dios; es un ministerio de capacitación de obreros cristianos y de consejería ministerial; es un ministerio de disciplina, conducta moral, dignidad cristiana y ministerial; es un ministerio de poder, de unción del Espíritu Santo, de señales y milagros; es un ministerio profético conocedor del tiempo que vivimos; es un ministerio de expectación por el levantamiento de la Iglesia.

lunes, 23 de noviembre de 2009

LA FE

Sólo hay un tipo de fe que Dios espera de ti, se encuentra en Juan 3:18 “El que en Él cree no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios”...
LA FE



“Y creyó a Jehová y le fue contado por justicia” Génesis 15:6



Ésta es la primera vez que se menciona la palabra fe en la Escritura, y se dijo con respecto a Abraham, hombre de Dios que confió profundamente en el Señor.

La raíz etimológica para esta palabra es aman, que significa literalmente creer, en este sentido debemos diferenciar el significado que se le da en cada caso, normalmente está concebida de dos formas:



Fe Natural:

Es un tipo de fe innata en el ser humano, es la que cualquier persona pudiera tener con respecto a las situaciones de su vida, incluso en algunos casos con respecto a la existencia de Dios.

Cuando una persona hace una solicitud de empleo, luego asiste a una entrevista y solo le queda esperar una llamada de aceptación, ésta persona podría decir: yo creo que me van a dar el empleo; en este caso estamos ante un tipo de esperanza de que puede darse algo que según nuestra razón humana y de acuerdo a como le fue en el proceso de selección es probable que se asigne el cargo.

Al respecto, la Biblia habla en Santiago 2:19: “Tu crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen y tiemblan ante su presencia” Éste pasaje se refiere al tipo de fe natural que hay en el hombre con respecto a lo que de entrada ya es considerado como algo verídico, algo que en realidad no requiere de mucha fe, éste es el sentido literal de este pasaje.



Fe Salvadora:

No obstante, existe otro tipo de fe, y es la que encontramos en el pasaje que se citó al principio, se trata de la fe salvadora, aquella que no se limita al dictamen de nuestra razón, sino mas bien, trasciende lo que nosotros consideramos que puede suceder humanamente.

Ésta fe hace referencia a nuestra confianza en el amor y poder de Dios para hacer cuanto Él quiera, de ahí que fue ligada con la justicia, otro término que el hombre no es digno de llevar, pero que a causa de la fe, Dios se lo atribuyó a Abraham.


Ésta fe requiere de arrepentimiento, es decir, apartarse del pecado con verdadera tristeza, recordemos, arrepentirse significa estar triste por lo que se hizo, y no querer volver a hacerlo.

Pero no podríamos dejar de mencionar el mejor significado para la palabra fe, lo encontramos en la Escritura, Hebreos 11:1 declara: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”

Qué estás esperando y ves difícil que llegue?

Qué quisieras recibir pronto, pero lo ves imposible?

Pero la pregunta en realidad es ¿con qué fe te estás acercando a Dios?

Sólo hay un tipo de fe que Dios espera de ti, se encuentra en Juan 3:18 “El que en Él cree no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios”

En realidad ésta es la fe salvadora.

LA ORACION EFICAZ

La oración se refiere a la multifacética comunicación de los creyentes con el Señor Dios. Además del verbo “Orar” y sus respectivas conjugaciones, se describe esta actividad como invocación a Dios (Sal 17:6)...



LA ORACION EFICAZ DE LA IGLESIA

1 Reyes 18:42b – 45: “Y Elías subió a la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas. Y dijo a su criado: Sube ahora, y mira hacia el mar. Y el subió, y miró y dijo: No hay nada. y él le volvió a decir: Vuelve siete veces. A la séptima vez dijo: Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Y él dijo: Ve, y di a Acab: Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te ataje. y aconteció estando en esto, que los cielos se oscurecieron con nubes y viento, y hubo una gran lluvia. Y subiendo Acab, vino a Jezreel:”

La oración se refiere a la multifacético comunicación de los creyentes con el Señor Dios. Además del verbo “Orar” y sus respectivas conjugaciones, se describe esta actividad como invocación a Dios (Sal 17:6), invocación del nombre de Jehová (Gn 4:26), clamor a Jehová (Sal 34:6), levantar el alma a Dios (Sal 25:1), buscar a Jehová (Is 55:6), acercarse confiadamente al trono de la gracia (Heb. 4:16) y acercarse a Dios (Heb 10:22).



PORQUÉ ORAR?:

La Biblia proporciona algunas razones claras por las cuales los creyentes deben orar.



Ante todo, Dios les ordena a los creyentes que oren. La orden de orar sale de los labios de los salmistas (1 Cr 16:11; Sal 105:4), de los profetas (Is 55:6; Am 5:4, 6), de los apóstoles (Ef 6:17-18; Col 4:2; 1Ts 5:17) y del Señor Jesús mismo (Mt 26:41; Lc 18:1; Jn 16:24). Dios desea la comunión de los seres humanos; mediante la oración se mantiene la relación con Él.
La oración es el vínculo necesario para recibir las bendiciones y el poder de Dios, y el cumplimiento de sus promesas. Numerosos pasajes bíblicos ilustran este principio. Jesús, por ejemplo, prometió que sus seguidores recibirían el Espíritu Santo si persistían en pedir, buscar y llamar a la puerta de su Padre Celestial (Lc 11:5-13). Por eso, después de la ascensión de Jesús, sus seguidores constantemente se dedicaron a la oración en el aposento alto (Hch 1:14) hasta que con poder el Espíritu Santo se derramó el día de Pentecostés (Hch 2:1-4). Cuando los apóstoles se reunieron después de su arresto y liberación por parte de las autoridades judías, ellos oraron fervientemente para que el Espíritu Santo les diera denuedo y autoridad para hablar su Palabra. Con frecuencia el apóstol Pablo pidió oraciones por sí mismo, sabiendo que su obra no tendría éxito a menos que los creyentes estuvieran orando por él (son ejemplo Rom 15:30-32; 2Co 1:11; Ef 6:19-20)
En su plan de salvación para el género humano, Dios ha establecido que los creyentes sean sus colaboradores en el proceso redentor. En algunos aspectos, Dios se ha limitado a sí mismo a las oraciones santas, fieles y perseverantes de su pueblo. Hay muchas cosas que no se realizarán en el reino de Dios sin las oraciones intercesoras de los creyentes. Por ejemplo, Dios desea enviar obreros a su mies evangelística; Cristo enseña que no se cumplirá a plenitud ese propósito de Dios sin las oraciones de su pueblo: “Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” Mateo 9:38. En otras palabras, se pone en oración el poder de Dios para realizar muchos de sus propósitos mediante las oraciones fervientes y eficaces de su pueblo por el progreso de su reino. Si se deja de orar, en realidad se pudiera estar obstaculizando la realización del propósito de Dios, para el creyente como individuo y para la iglesia como cuerpo.


REQUISITOS PARA UNA ORACION PODEROSA:

Para que sea eficaz la oración, se deben llenar varios requisitos:

Las oraciones no tendrán respuesta a menos que se tenga una fe sincera y genuina. Jesús declara explícitamente: “Os digo que todo lo que pidieres orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá” Marcos 11:24.

Debe hacerse la oración en el nombre de Jesucristo. Jesús mismo expresó ese principio cuando dijo: “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, yo lo haré” Juan 14:13-14. Las oraciones deben estar en armonía con la persona, el carácter y la voluntad del Señor

Solo es eficaz si se hace conforme a la santa y perfecta voluntad del Señor. “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye” 1 Juan 5:14. Si se quiere entender la voluntad del Señor, la mayoría de veces esta se encuentra expresada en las Sagradas Escrituras.

Un punto bien importante si queremos ver las respuestas a nuestras oraciones, es tener una intimidad intachable con Dios, es decir, llevar una vida integra delante de su presencia. “Y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él” 1 Juan 5:14.



Por último, no podremos olvidarnos de la persistencia necesaria, éste es el punto principal de la parábola de la viuda en Lucas 18:1-7



MÉTODOS BÍBLICOS PARA UNA ORACIÓN EFICAZ:

->Alabar y adorar a Dios (Sal 150; Hch 2:47; Ro 15:11)

]-->Dar acción de gracias a Dios (Sal 100:4; Mt 11:25-26; Fil 4:6)

]-->Una sincera confesión de pecados (Stg 5:15-16; 1Jn 1)

->Tener una adecuada motivación (Stg. 4:2-3)

]-->Orar fervientemente por los demás, interceder (Nm 14:13-19; Sal 122:6-9)

EN QUÉ POSICIONES SE DEBE ORAR?:

La Bíblia registra oraciones hechas de pie (1 R 8:22; Neh 9:4-5), sentados (1 Cr 17:16; Lc 10:13), de rodillas (Es 9:5; Dn 6:10; Hch 20:36), acostados en una cama (Sal 63:6), bajando la cabeza al suelo (Ex 34:8; Sal 95:6), acostado en tierra (2S 12:16; Mt 26:39) y levantando las manos al cielo (Sal 28:2; Is 1:15; 1 Ti 2:8)

“Escritura”, como se emplea en 2Timoteo 3:16, se refiere principalmente a los escritos del Antiguo

LAS ESCRITURAS

Todos los miembros de la iglesia consideran las Escrituras como la única verdad de Dios para un mundo perdido y agonizante, deben amarlas, atesorarlas y protegerlas...
“Escritura”, como se emplea en 2Timoteo 3:16, se refiere principalmente a los escritos del Antiguo Testamento (3:15). Sin embargo, hay indicios de que cuando Pablo escribió 2 Timoteo ya algunos de los escritos del Nuevo Testamento se consideraban como Escrituras inspiradas y autorizadas.



En la actualidad, la Escritura se refiere a los escritos autorizados del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento, es decir, “La Biblia”. Son el mensaje original de Dios para la humanidad y el único testimonio infalible de la actividad salvadora de Dios para las personas.



Pablo afirma que toda la Escritura es “inspirada por Dios” (del griego teopneustos, de dos vocablos griegos: teos, que significa Dios y pneo, que siginifica respirar). La Escritura es la propia vida y Palabra de Dios. Desde las palabras mismas de los manuscritos originales, la Biblia es absolutamente veraz, digna de confianza e infalible. Eso es cierto no sólo cuando trata de la salvación, los valores éticos y la moralidad, sino también en todos los temas que trata, incluso la historia y el cosmos.



Los escritores del Antiguo Testamento estaban conscientes de que lo que le decían al pueblo y lo que escribían era la Palabra de Dios para ellos (Deuteronomio 18:18; 2Samuel 23:2). Vez tras vez, los profetas iniciaban sus advertencias indicando que eran “palabra de Jehová”.



Jesucristo también enseñó que la Escritura es la Palabra inspirada de Dios incluso en los detalles más insignificantes (Mateo 5:18). Afirmó que todo lo que dijo lo recibió del Padre y es verdadero (Juan 5:18, 30-31; 7:16; 8:26). Además de eso se refirió a la revelación que vendría de parte del Espíritu Santo por medio de los apóstoles (Juan 16:13).



Por lo tanto, negar la total inspiración de las Sagradas Escrituras es poner a un lado el testimonio fundamental de Jesucristo (Mateo 5:18; 15:3-6; Lucas 16:7; 25:25-27), al Espíritu Santo (Juan 15:26; 16:13; 1Corintios 2:12-13; 1Timoteo.1) y a los apóstoles (2Timoteo 3:16; 2Pedro 1:20-21). Además, limitar o descartar su infalibilidad es menoscabar su autoridad divina.



En su obra de inspiración por su Espíritu, Dios, sin cambiar la personalidad de los escritores, los dirigió de manera que escribieran sin error (2Timoteo 3:16; 2Pedro 1:20-21).



La Palabra inspirada de Dios es la expresión de la sabiduría y el carácter de Dios, y por eso puede dar sabiduría y vida espiritual mediante la fe en Cristo (Mateo 4:4; Juan 6:63; 2Timoteo 3:15; 1Pedro 2:2).



La Biblia es el testimonio verídico e infalible de Dios de su actividad salvadora por la humanidad en Jesucristo. Por eso la Escritura es incomparable, concluida para siempre y de especial obligatoriedad. No hay palabras humanas ni declaraciones de instituciones religiosas que igualen su autoridad.



Todos los comentarios, las doctrinas, las interpretaciones, las explicaciones y las tradiciones deben juzgarse y legitimarse mediante las palabras y el mensaje de las Escrituras (Deuteronomio 13:3).



La Palabra de Dios se debe recibir, creer y obedecer como la autoridad última de todas las cosas relacionadas con la vida y la piedad (Mateo 5:17-19; Juan 14:21; 15:10). Debe usarse en la iglesia como la autoridad definitiva en todos los asuntos para enseñar, redargüir, corregir e instruir en justicia (2Timoteo 3:16-17). Nadie puede someterse al señorío de Cristo sin someterse a Dios y a su Palabra como la máxima autoridad (Juan 8:31-32, 37).



Se puede entender la Biblia sólo cuando se está en buena relación con el Espíritu Santo, Él es quien abre el entendimiento para comprender su significado y da el testimonio interior de su autoridad.



Se debe usar la Palabra inspirada de Dios para vencer el poder del pecado, a Satanás y al mundo en la vida (Mateo 4:4; Efesios 6:12, 17; Santiago 1:21).



Todos los miembros de la iglesia consideran las Escrituras como la única verdad de Dios para un mundo perdido y agonizante, deben amarlas, atesorarlas y protegerlas. Hay que proteger sus doctrinas manteniéndose fiel a sus enseñanzas, proclamando su Mensaje salvador, confiándola a personas dignas de confianza y defendiéndola de todos los que desfiguran o tratan de destruir sus verdades eternas (Filipenses 1:16; 2Timoteo 1:13-14). Nadie tiene la autoridad de agregar algo a las Escrituras ni tampoco de quitar algo (Apocalipsis 22:19).



Por último, se debe observar que la inspiración infalible se aplica sólo a la escritura original de los libros bíblicos. Por eso, cuando se encuentre en las Escrituras algo que parezca erróneo, en vez de suponer que el escritor cometió un error, vale recordar que hay tres posibilidades al respecto: a) las copias que existen del manuscrito original tal vez no sean del todo precisas; b) la traducción actual de los textos bíblicos hebreos o griegos pudiera ser defectuosa; o c) La comprensión o interpretación del texto bíblico pudiera ser deficiente o incorrecta.

EL SUFRIMIENTO

La fidelidad a Dios no es ninguna garantía de que los creyentes serán librados de la dificultad del dolor y del sufrimiento en su vida. En realidad, Jesús enseñó que se debe esperar eso, Juan 16:1-4; 33. La Biblia proporciona...
EL SUFRIMIENTO DE LOS JUSTOS



Job 2:7-8 “Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza. Y tomaba Job un tiesto para rascarse con él, y estaba sentado en medio de ceniza”

La fidelidad a Dios no es ninguna garantía de que los creyentes serán librados de la dificultad del dolor y del sufrimiento en su vida. En realidad, Jesús enseñó que se debe esperar eso, Juan 16:1-4; 33. La Biblia proporciona numerosos ejemplos de personas piadosas que experimentaron muchísimos sufrimientos por diversas razones, recuerde a José, David, Job, Jeremías y Pablo.



PORQUE SUFREN LOS CREYENTES?

Hay diversas razones:

Los creyentes experimentan el sufrimiento como una continua consecuencia de la caída de Adán y Eva. Cuando el pecado entró en el mundo, el dolor, la tristeza, el conflicto y la muerte entraron en la vida de los seres humanos, Génesis 3:16-19. Pablo afirma esto: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” Romanos 5:12. En realidad, todo el universo creado gime bajo los efectos del pecado y anhela la época del nuevo cielo y la nueva tierra. Romanos 8:20-23; 2Pedro 3:10-13. Respuesta: Siempre se debe depender de la gracia, de la fortaleza y del consuelo de Dios.

Algunos creyentes sufren por la misma razón que sufren los incrédulos, es decir, como consecuencia de sus propias acciones. El principio de que “Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” Galatas 6:7, se aplica en sentido general a todo el mundo. Si se conduce imprudentemente un vehículo, se pudieran sufrir serios accidentes. Si se es indisciplinado en los hábitos alimentarios, es probable que surjan serios problemas de salud. Dios pudiera usar tal sufrimiento como un medio de disciplinar al creyente para que pueda alcanzar el “Fruto apacible de justicia”. Respuesta: Siempre se debe actuar con sabiduría y conforme a la Palabra de Dios, y se debe evitar cualquier cosa que aparte del cuidado protector de Dios.

Los creyentes también sufren, al menos en lo profundo de su ser, porque viven en un mundo pecaminoso y corrupto. A su alrededor están los efectos del pecado; sufren aflicción y angustia cuando ven el poder que el mal ejerce sobre tantas vidas. respuesta: Hay que pedirle a Dios que muestre su victoria sobre el poder del pecado.

Los creyentes sufren por la obra del diablo. a) las Escrituras ponen de claro que Satanás, como “el dios de este siglo” 2Co. 4:4, controla este presente siglo malo 1Juan 5:19. Se le ha dado poder de afligirnos de diversas maneras. 1Pedro 5:8-9. El relato de Job se concentra en un hombre justo y devoto que, con el permiso de Dios, fue atormentado por Satanás con indecibles sufrimientos. Jesús aseveró que una de las mujeres que sanó había estado atada por Satanás durante dieciocho años. Lucas 13:11, 16. Pablo reconoció que su aguijón en la carne era “un mensajero de Satanás que me abofetee” 2Co. 12:7. Cuando se participa en la guerra espiritual contra “los gobernadores de las tinieblas de este siglo” Ef. 6:12, inevitablemente se sufrirá la adversidad. A fin de que el creyente se enfrente a tales ataques, Dios le ha dado armadura espiritual, Efesios 6:10-18, y armas espirituales 2Co. 10:3-6. Respuesta: Hay que ponerse toda la armadura de Dios y orar Efesios 6:10-20, resueltos a persevera fielmente en su poder. b) Satanás y sus seguidores se deleitan en perseguir a los creyentes. Los que aman al Señor Jesús y siguen sus principios de verdad y justicia serán perseguidos por su fe. En realidad, tal sufrimiento por causa de la justicia pudiera ser una vindicación de la genuina devoción a Cristo. Respuesta: Como a todos los verdaderos creyentes se les llama a sufrir persecución y deshonra por causa de la justicia, hay que permanecer firmes y constantes, y seguir confiando en el que juzga justamente. Mateo 5:10; 1Co. 15:58; 1Pedro 2:23

Mas positivamente, otra razón por la que sufren los creyentes es que “nosotros tenemos la mente de Cristo”. Ser cristiano significa estar en Cristo, ser uno con Él; como resultado el creyente participa en sus sufrimientos. Por ejemplo, así como Cristo lloró angustiado sobre la ciudad impía de Jerusalén y su negativa a arrepentirse y a aceptar la salvación (Lucas 19:41), también el creyente debe llorar por el carácter pecaminoso y perdido de la humanidad. Respuesta: El creyente debe agradecer a Dios que así como los sufrimientos de Cristo son suyos, también lo es la consolación de Él.




Nota: Todas las referencias Bíblicas son tomadas de la versión Reina – Valera de 1960



SEGUNDA PARTE

Dios mismo puede usar el sufrimiento en la vida como un catalizador para el crecimiento o la transformación espiritual.

Con frecuencia Él usa el sufrimiento para llamar a su pueblo descarriado para que se arrepienta de sus pecados y renueve su fe y confianza en Él. Respuesta: Se debe confesar el pecado conocido y examinar la propia vida para ver si hay algo que desagrada al Espíritu Santo.

A veces Dios usa el sufrimiento para probar la fe, para ver si el creyente permanece fiel a Él. Esa fue la razón para permitirle a Satanás que afligiera a Job: ¿Seguiría Job entregado al Señor, o blasfemaría a Dios en su misma presencia? Santiago les llama a las diversas pruebas que enfrentan los creyentes “la prueba de vuestra fe” Santiago 1:3; a través de ellas se perfecciona la fe en Cristo. Respuesta: Se debe comprender que la autenticidad de la fe resultará en “alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo” 1Pedro 1:7. Respuesta: El creyente debe ponerse a tono con lo que Dios quisiera que él aprendiera del sufrimiento.

También Dios pudiera enviar aflicción y tribulación al creyente para que se más capaz de consolar y animar a otros que sufren. Así la eficacia del ministerio profundiza e incrementa. Respuesta: Se debe usar la experiencia de aflicción para alentar y fortalecer a otros creyentes.

Por último, Dios puede usar, y usa, el sufrimiento de los justos para promover la causa de su reino y su plan de redención. Por ejemplo, todas las injusticias que José sufrió a manos de sus hermanos y de los egipcios formaban parte del plan de Dios “para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación”. El principal ejemplo de este principio de sufrimiento es Cristo, el “Santo y … Justo”, Hechos 3:14, que sufrió persecución, agonía y muerte para que se cumpliera plenamente el plan de salvación de Dios. Eso no exime de impiedad de quienes lo crucificaron, Hechos 2:23, pero sí indica cómo Dios puede usar el sufrimiento de los justos por obra de pecadores para sus propios propósitos y para su propia gloria.

LA RELACION DE DIOS CON EL SUFRIMIENTO DE LOS CREYENTES.

Lo primero que debe recordarse es esto: Dios participa en los sufrimientos del creyente. Aun cuando Satanás es el dios de este mundo, él puede afligir la vida del creyente sólo por la voluntad permisiva de Dios.

Dios ha prometido en su Palabra que Él no permitiría que el creyente sea aprobado más de lo que sea capaz de soportar, 1 Corintios 10:13

También Dios ha prometido sacar algo bueno de todos los sufrimientos y de la persecución de quienes lo aman y obedecen sus mandamientos, Romanos 8:28. José reconoció esa verdad en su propia vida de sufrimiento, y el autor de la Epístola a los Hebreos muestra cómo Dios usa las circunstancias dolorosas de la vida para el desarrollo y beneficio del creyente.

Además, Dios ha prometido estar al lado del creyente en su aflicción, caminar con él “en valle de sobra de muerte”, Salmo 23:4; Isaías 43:2. Él está a su lado por medio de su Espíritu Santo, que lo consuela en todas sus tribulaciones, 2 Corintios 1:4. A cada uno de sus hijos el envía suficiente gracia para que pueda soportar las pruebas de la vida.

Por último, no se debe olvidar que el Señor Jesús comparte la aflicción de los creyentes. Cuando ellos oran, tienen un compasivo sumo sacerdote que sufrió en sí mismo las diversas dimensiones de sus pruebas y sufrimiento, Hebreos 4:15. En realidad “llevó el nuestras enfermedades, y sufrió todos nuestros dolores.”; Hay santidad para los propios sufrimientos mediante los sufrimientos que Él llevó en nombre de los creyentes.

VICTORIA SOBRE EL SUFRIMIENTO PERSONAL.

Ahora hay que referirse a un asunto importante: cuando se sufren las pruebas y aflicción ¿qué personas se pueden dar para lidiar con tal sufrimiento a fin de ser victoriosos sobre él?.

En primer lugar, hay que considerar las diversas razones por las que sufren los seres humanos, y cómo esas razones son pertinentes para cada uno. si se puede especificar una razón específica, entonces hay que seguir la respuesta apropiada.

Hay que creer que Dios se interesa en el creyente profundamente, sin considerar cuan severas sean sus circunstancias. Nunca el sufrimiento debe llevar a nadie a negar el amor de Dios ni a rechazarlo como su Señor y Salvador.

Hay que volverse a Dios en oración ferviente y buscar su rostro. Hay que esperar en Él hasta que libre de la aflicción

Hay que esperar que Dios de la gracia que se necesite para soportar la aflicción hasta que llegue la liberación. Siempre se debe recordar que “somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”, Romanos. 8:37

La fe cristiana no consiste en la eliminación de la debilidad humana. Hay que leer la Palabra de Dios, sobre todo los salmos que dan consuelo en tiempo de aflicción.

Hay que buscar la revelación y la opinión de Dios con respecto a la situación particular: mediante la oración, la lectura de las Escrituras, los instrumentos del Espíritu Santo, o el consejo de un creyente piadoso y plenamente desarrollado

Durante el tiempo de sufrimiento hay que recordar la predicción de Cristo de que el creyente sufrirá tribulación y aflicción en su vida, Juan 16:33

Hay que esperar con anhelante expectación aquel tiempo en que “enjugará Dios toda lagrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá mas llanto, ni clamor, ni dolor.

LA ALABANZA

El deseo de David de alabar a Dios se registra tanto en la historia de su vida como en los salmos que escribió. Otros salmistas también llaman...

LA ALABANZA






Importancia:




A menudo las Escrituras exhortan al pueblo de Dios a que alaben al Señor.




· Los escritores del Antiguo Testamento emplearon tres palabras fundamentales para llamar a los israelitas a alabar a Dios: la palabra barak (por lo general traducida como “bendecir” a Dios); la palabra halal (de la cual se deriva “Aleluya”, que significa “alabad a Jehová”); y la palabra yadah (a veces traducida como “dar gracias”).


· La primera canción de la Biblia, cantada después que los israelitas habían cruzado el Mar Rojo, era esencialmente un canto de alabanza y acción de gracias a Dios (Éxodo 15:2). Moisés le ordenó a los israelitas que cuando entraran en la tierra prometida debían alabar a Dios por su bondad al darles la tierra prometida.




El canto de Débora llamaba específicamente al pueblo a bendecir al Señor (Jueces 5:9).




El deseo de David de alabar a Dios se registra tanto en la historia de su vida como en los salmos que escribió. Otros salmistas también llaman al pueblo de Dios a vivir la vida alabando a Dios (Salmo 33:1-2; 47:6-7; 96:1-4, entre otros).




Por último, los profetas del Antiguo Testamento le ordenan al pueblo de Dios que lo alabe (Isaías 12:1; 25:1; 42:10, 12; Jeremías 20:13; Joel 2:26; Habacub 3:3).




El llamado a alabar a Dios repercute a lo largo del Nuevo Testamento. Jesús mismo alabó a su Padre en el cielo (Mateo 11:25). Pablo espera que todas las naciones alaben a Dios (Romanos 15: 9-11), y Santiago exhorta a los creyentes a alabar al Señor (Santiago 3:9; 5:13). Al final de la descripción presentada en Apocalipsis es de una inmensa multitud de santos y ángeles que alaban a Dios constantemente.



Alabar a Dios es una de las principales funciones de los ángeles (Salmos 103:20) y es el privilegio del pueblo de Dios, tanto de los niños (Mateo 21:16), como de los adultos (Salmo 30:4). Además, Dios llama a todas las naciones a alabarlo (Salmo 67: 3-5; Isaías 42:10-12; Romanos 15:11). En otras palabras, a todo ser humano que respira se le llama a que exprese vigorosamente la alabanza de Dios (Salmo 150:6). Como si eso no fuera suficiente, Dios también manda que lo alabe la naturaleza inanimada, como el sol, la luna y las estrellas (Salmo 148: 9; Isaías 55:12); y toda clase de seres vivientes (Salmo 69:34; 148:10).





MÉTODOS DE ALABANZA:




La alabanza a Dios puede tener lugar de diversas maneras.




· La alabanza es un principio fundamental, en la adoración colectiva del pueblo de Dios (Salmo 100:4)




· Tanto en el ambiente colectivo de adoración como en otras circunstancias, el cantar salmos, himnos y cánticos espirituales es una manera de expresar alabanza a Dios (Salmo 96:1-4; Efesios 5:19-20). La alabanza puede entonarse con la mente o con el Espíritu (es decir, en lenguas espirituales)




· La alabanza musical a Dios puede expresarse mediante diversos instrumentos cuernos en forma de bocinas y trompetas (1 Crónicas 15:28), instrumentos de viento como la zampoña y la flauta (1 Samuel 10:5; Salmo 150:4), instrumentos de cuerdas como el arpa y el salterio (1 Crónicas 13:8; Salmo 150:3), e instrumentos de percusión como los címbalos y panderos (Éxodo 15:20; Salmo 150:5), pero esto no quiere decir que aunque se usen instrumentos que sirven incluso para adorar lo que no es Dios, se usen los mismos ritmos que motivan la carne y mueven al ser humano a hacer cosas indebidas.




· También se puede comunicar la alabanza a Dios al contarles a los demás las obras maravillosas de Dios. David, por ejemplo, habiendo experimentado el perdón de Dios, anhela contarles a los demás lo que el Señor había hecho por él (Salmo 51:12). Otros escritores bíblicos exhortan a declarar la gloria y la alabanza de Dios en la congregación del pueblo de Dios (Salmo 22:22; Hebreos 2:12) y entre las naciones “las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:9). La obra misionera, en otras palabras, es un modo de alabar a Dios, así que si eres una persona que Dios ha llamado para ministrar su evangelio en un lugar lejano a tu casa, ¡TEN ANIMO, COBRA FUERZA!, porque si lo haces de corazón, tu alabanza a Dios subirá y moverá el trono de la gracia y “muchos creerán por tu palabra”.




· Por último, una vida que se vive para la gloria de Dios es una manera de alabar al Señor. Jesús recuerda que si el creyente deja que brille su luz, la gente verá sus buenas obras y dará gloria y alabanza a Dios (Mateo 5:16; Juan 15:8). Asimismo, Pablo indica que alaba a Dios una vida llena de los frutos de justicia (Filipenses 1:11).




RAZONES PARA LA ALABANZA:




Por qué las personas alaban a Dios?




· Una de las razones evidentes es a causa del esplendor, de la gloria y de la majestad de Dios, el que creó los cielos y la tierra (Salmo 96:4-6), el único a quien se debe exaltar en su santidad (Salmo 99:3; Isaías 6:3).




· La experiencia de los actos poderosos de Dios, particularmente sus actos de salvación y redención, es una razón clave para alabar su nombre (Salmo 96:1-3). Al hacerlo, se alaba a Dios por su misericordia, gracia y amor indefectibles (Salmo 57:9-10; Efesios 1:6).




· También es natural que los hijos de Dios lo alaben por cualquier acción específica de liberación en su propia vida, tales como el se librado de los enemigos o sanado de las enfermedades (Salmo 9:1-5; Jeremías 20:13; Lucas 13:13, Hechos 3:7-9).




· Por último, el continuo cuidado providencial y las provisiones de Dios para el creyente cada día, tanto física como espiritualmente, son razones poderosas para alabar y bendecir su nombre (Salmo 68:19; Isaías 63:7)




Como puede verse en todo lo anterior, Dios demanda y se goza en la alabanza de su pueblo, pero no la alabanza reciclada del mundo, cuando simplemente se cambia la letra a algunas canciones que fueron éxito y se le coloca letra cristiana; la Escritura nos enseña que debemos ofrecer “cántico nuevo” (Salmo 33:3), ¿acaso no tendrá el Espíritu de gracia mejores y mas espirituales melodías que inspirar a aquellos que se dispongan?.




Recordemos que la alabanza es para exaltar el nombre del Señor y no para recrear nuestros sentidos.




DIOS TE BENDIGA!!!

¿ CUÁL ES LA VERDADERA VERDAD ?. JESUCRISTO

EL AGUA DE LOS COCOS
por Carlos Rey



Corría el año de 1878. El presidente de Guatemala, general Justo Rufino Barrios, había acordado reunirse con los jefes de la región oriental de Chiquimula para cambiar impresiones con ellos. Tan pronto como el presidente llegó y estableció su despacho‑campamento a orillas del río Tacó, la gente hospitalaria de Oriente le llevó un racimo de cocos. Hacía mucho calor porque era mediodía. El primer mandatario ordenó abrir los cocos, sacarles el agua y llenarlos con agua del río Tacó.
Poco después llegaron los jefes departamentales, jadeantes y sudorosos. El presidente mandó que a cada jefe se le sirviera uno de los cocos preparados. Al rato les preguntó cómo les parecieron.
—Deliciosísimo, señor presidente. ¡Qué dulzura de agua! —respondió uno.
—Este lugar es especial para producir cocos con mucha agua y tan dulces como la miel —manifestó otro.
Al oír sus respuestas hipócritas, el presidente les dijo contrariado:
—Realmente es desconcertante para quien gobierna y desea de todo corazón el progreso de su pueblo, descubrir que sus dirigentes tienen miedo de decir la verdad. Ninguno de ustedes puede ignorar el hecho que el agua que acaban de beber de los cocos es del río Tacó y no de cualquier cocotero. Si no han podido ser veraces al hablar de una cosa tan simple como el sabor del agua de los cocos, ¿cómo van a serlo con los asuntos que tenemos que tratar esta tarde?1
Así como en esta anécdota los jefes políticos desconocían los verdaderos deseos de su primer mandatario, también muchos de nosotros desconocemos la voluntad de Dios, nuestro Jefe Supremo. No sabemos que a todos nos ha sometido a una prueba sencilla —la de decirle sí a la verdad—, y que nos toca a todos por igual optar por rechazar la verdad o aceptarla. La decisión es nuestra.
Poco antes de partir de esta tierra, Jesucristo, al ser interrogado, aclara que vino al mundo para dar testimonio de la verdad. Pilato le hace entonces la pregunta filosófica de los siglos: «¿Y qué es la verdad?» Pero no espera a que Jesús le responda, sino que se dispone de inmediato a complacer a los jefes judíos del siglo primero,2 así como los jefes guatemaltecos del siglo diecinueve querían complacer a su primer mandatario.
Lo cierto es que Jesús ya había dado respuesta a esa pregunta cuando le dijo al apóstol Tomás: «Yo soy... la verdad.»3 Pilato llegó a conocer a esa Verdad en persona porque la tuvo encarnada frente a él, pero no la reconoció como tal. En vez de aceptarla, mandó crucificarla. Tenía el poder humano para poner en libertad a Jesús, pero no comprendió que Jesús tenía el poder divino para liberarlo a él. Así que optó por rechazar a aquella Verdad que una vez dijera: «Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.»4


1Óscar Hugo Álvarez Gómez, Anécdotas del General de División Don Justo Rufino Barrios, 2a ed. (Guatemala: Editorial del Ejército, 1984), pp. 67-68.
2Jn 18:37—19:16
3Jn 14:6
4Jn 8:32


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sábado, 21 de noviembre de 2009

¿ CUÁNTO PUEDE VALER LA BIBLIA ?

UNA PÁGINA: CIENTO SETENTA Y CINCO MIL DÓLARES
por el Hermano Pablo



Aquella era una fresca tarde de otoño en Londres. John Fuggles, anciano anticuario y ratón de biblioteca, se dispuso a realizar su ocupación favorita: husmear en viejos archivos y documentos.
Tomó un viejo paquete de papeles, que llevaban muchos años dormidos en un cajón, y se fijó en la envoltura. Era una página de la Biblia. Tomó una lupa de gran aumento y examinó el papel apergaminado, las letras dibujadas a mano, las marcas de una gran antigüedad.
Para su sorpresa y satisfacción, acababa de hallar una página perdida de la llamada «Biblia Ceolfrid», publicada alrededor del año 713 d.C., mil doscientos años atrás. Se calculó que el valor de esa preciosa página era de unos ciento setenta y cinco mil dólares.
¡Qué valor adquieren las cosas antiguas para los coleccionistas! Para estas personas que parecen vivir revolviendo el pasado más que atisbando el porvenir, un documento antiguo, una carta de Pedro el Grande o un manuscrito griego, adquieren valor gigantesco.
Lo que John Fuggles descubrió fue una página de una Biblia manuscrita, editada en los tiempos cuando apenas comenzaba la Edad Media, una Biblia escrita en Latín, y que habrá sido leída sólo por unos cuantos monjes eruditos.
Si una sola página de esa Biblia valía ciento setenta y cinco mil dólares, ¿cuánto valdría la Biblia entera? Millones. Pero el valor de la Biblia no reside en que es un libro antiguo, escrito en pergamino, con letras dibujadas a mano e iluminadas con oro, plata y colores. Esas son Biblias de coleccionistas, buenas sólo para ellos. El verdadero valor de la Biblia reside en que es un libro viviente, un libro antiguo pero con un mensaje actual, especial para todo hombre y toda mujer del siglo veintiuno con sus problemas, sus angustias y sus esperanzas. Es un libro que Dios mandó escribir, inspiró, guardó y protegió de la destrucción, y manda que lo lea todo el mundo en todas partes.
La Biblia no es, ni debe ser, una curiosidad de museo. Debe ser el libro de los gobernantes, el libro de los intelectuales, el libro de las almas piadosas, el libro de los pecadores que buscan la salvación. En otras palabras, debe ser el libro del pueblo.
La Biblia es el libro que traza el camino de la salvación en Cristo y de la reconciliación con Dios para todo ser humano que puebla este planeta.

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miércoles, 7 de octubre de 2009

«NUNCA LEVANTÓ LA VOZ SINO PARA CANTAR»

por el Hermano Pablo



Vestida de blanco, la niñita de seis años de edad cantó en el culto religioso de la Iglesia Bautista en Filadelfia, Pensilvania. Era el año 1903. Con ese sencillo principio nació una cantante de voz extraordinaria, que conmovió al mundo.
Cantó en los mejores teatros de Europa en la década de 1920. Cantó para varios presidentes en la Casa Blanca de Washington, Estados Unidos. Fue la primera de su raza en cantar en la Casa de la Ópera Metropolitana de Nueva York. Y llenó estadios en todo el mundo, armonizando el espíritu de millones de personas con su hermosa voz.
En abril de 1993, a los noventa y siete años de edad, dio su último canto. Fue un suspiro, el suspiro que la trasladó a la eternidad.
¿Quién era esa extraordinaria mujer con una voz tan excepcional? Era Marian Anderson, la muy notable cantante negra de fama mundial. Entre los muchos comentarios que se hicieron de ella, tal vez el más recordado sea el de Arturo Toscanini, que dijo: «La suya es una voz que se escucha una vez cada cien años.» Pero el comentario más significativo fue el siguiente: «Nunca levantó la voz sino para cantar.»
No puede haber elogio más grande que el decir de alguien que nunca usó la voz sino para elevar el ánimo de los demás, para infundir aliento, para consolar al triste. Entre las causas grandes de esta vida, entre los móviles que mueven al bien, está el de levantar el espíritu del que se siente abandonado.
Al otro extremo está el que sólo habla para maldecir; el que nunca tiene una palabra de consuelo; el que sólo arroja amargura, desagrado, tormento y dolor; el que nunca sonríe, nunca alaba, nunca conforta, nunca alienta.
Jesucristo dijo en cierta ocasión: «De la abundancia del corazón habla la boca» (Mateo 12:34). Marian Anderson cantaba porque todo su corazón era un canto. De su interior salía el canto que animó a medio mundo a lo largo de casi un siglo entero. Su canto era su alma, y su alma era su canto.
Adaptando las palabras de Cristo, podríamos decir: «Del contenido del alma se expresa la voz.» Es decir, lo que tenemos en el corazón determina tanto las palabras que decimos como el tono de voz con que las emitimos.
¿Qué podemos hacer para cambiar nuestras palabras negativas en palabras positivas? Cambiar el contenido de nuestro corazón. A eso se debe que digamos con tanta insistencia que cuando Cristo mora en nuestro corazón, tenemos paz y gozo. Y las palabras que decimos y la actitud que tenemos reflejan ese gozo. Él quiere cambiar nuestra tristeza en paz. Démosle entrada hoy mismo. De hacerlo así, nuestra vida será, en su totalidad, una vida nueva. Dejémoslo entrar.

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lunes, 14 de septiembre de 2009

Cuando es necesario una leccioncita de parte de Dios

Jueces 10: 10-14
“Entonces los hijos de Israel clamaron a arrepentimiento-genuino con Jehová, diciendo: Nosotros hemos pecado contra ti; porque hemos dejado a nuestro Dios, y servido a los baales. Y Jehová respondió a los hijos de Israel: ¿No habéis sido oprimidos de Egipto, de los amorreos, de los amonitas, de los filisteos, de los de Sidón, de Amalec y de Maón, y clamando a mí no os libré de sus manos? Mas vosotros me habéis dejado, y habéis servido a dioses ajenos; por tanto, yo no os libraré más. Andad y clamad a los dioses que os habéis elegido; que os libren ellos en el tiempo de vuestra aflicción”.
Imagínate por un momento que Dios te dijera: “¿Sabes que?, ya no te ayudare mas”.
Personalmente me muero si escuchara esas palabras, mas aun si vienen de aquel que es el único que me puede ayudar en momentos en donde humanamente no hay solución.
Eso fue lo que les paso al pueblo de Israel en este pasaje bíblico, su maldad era tal, que aunque pidieran perdón a Dios, luego volvían al pecado y se apartaban de El.
¿Te parece conocido su manera de responder al amor perdonador de Dios?, Y es que nosotros somos muy similar al pueblo de Israel, luego de pedir perdón por algo malo que hicimos y de prometer que ya no lo haremos mas, volvemos a olvidarnos de nuestra promesa y al ser seducidos por nuestra concupiscencia(deseos) volvemos a caer en los mismos errores de los cuales ya hemos pedido mil y una vez perdón y de los cuales nos hemos arrepentido como diría una buena amiga “tri-millones” de veces.
Y es que se te olvida algo, y es que Dios también tiene su límite, no de Poder, porque es TODOPODEROSO, pero si tiene un límite hasta donde te permitirá jugar con El.
¿Tu crees que Dios se cree todas las veces que le hemos pedido perdón sin sentirlo de corazón?, já, no, a Dios no lo engaño y pese a que no le he pedido perdón de corazón, aun así me perdona y me da una nueva oportunidad. Y es que el amor de Dios es incomparable, no lo logro entender, pues yo humanamente hablando si alguien me pide perdón pero yo se que lo esta haciendo solo por hacer y no porque lo sienta, realmente no se si lo perdonara, pero Dios es diferente, el no piensa como yo pienso, no siente como yo siento, ni actúa como yo actuó.
Pero si bien es cierto Dios es Amor, también es fuego consumidor (Deuteronomio 4:24) y no tendrá al justo por injusto, ni al injusto por justo.
Además Dios, como Padre amoroso, tiene un límite, porque no quiere malcriarte, y es por esa razón que habrá momentos en tu vida en donde te tendrá que dar una leccioncita para que comprendas que no puedes seguir fingiendo algo que no sientes en realidad o simplemente no quieres sentir.
El Pueblo de Israel se encontraba en un momento en donde los filisteos y amonitas los estaban oprimiendo, al ver su estado y la incapacidad para pelear por si mismos contra sus enemigos, no tuvieron más que clamar a Jehová.
Así mismo somos nosotros, hacemos lo que queremos, nos alejamos de la comunión con Dios, le damos rienda sueltas a nuestros deseos, pero cuando vemos la cosa seria entonces venimos llorando delante de Dios pidiéndole que nos ayude. ¿Acaso Dios es un bombero que solo le llamo cuando la casa se me esta quemando?
Lo más común en estos casos es que Dios responda al oír nuestro clamor, más aun cuando aparentamos un arrepentimiento genuino. Pero Dios que te conoce muy bien, sabe en que momento de tu vida tiene que socarte bien los pantalones y darte una palmadita.
Fue así que luego del clamor de los Israelitas Dios contesta con un: “yo no os libraré más”, ¿Perdón?, ¿Cómo fue?, ¿Estoy escuchando bien?, ¿Estoy leyendo bien?, ¿Seguro que es Jehová de los Ejércitos el que dice esto?, Si, definitivamente es El, y es que Dios tiene un limite, no puedes pasártela jugando con El, ¿A ti te gustaría que jugaran con tus sentimientos?, entonces ¿Por qué si Dios lo único que ha hecho es amarte con amor eterno, le pagas alejándote de El y olvidando tu pacto con El?
Por un momento Dios estaba haciendo lo que nunca en la historia había hecho: NEGARSE A AYUDAR A SU PUEBLO. Que terrible escenario, ¿Qué hicieras si al único que pudieras recurrir te dijera: NO, no te ayudare?, sinceramente son palabras muy fuertes, pero que llevaban un objetivo. Y es que no podemos reprochar las formas de actuar de Dios, El siempre sabe el porque y el para que de todo y por esa razón en esta ocasión estaba dando a su pueblo una leccioncita que sin duda les iba a ayudar.
Fue así como el pueblo de Israel entendió que el NO de Dios se debía al fingimiento de su arrepentimiento, que el limite de Dios había llegado a su fin y por ende necesitaban mas que clamar, en pocas palabras necesitaban ya no decir que se arrepentían, si no demostrar que realmente estaban arrepentidos.
Pues entre decir y hacer hay una gran diferencia, tú puedes decir que quieres vivir santamente, pero tu accionar puede ser otro, entonces en esos momentos en donde ya no valen las palabras es donde las acciones tienen que entrar a escena.
Dice la Palabra de Dios en Jueces 10: 16 “Y quitaron de entre sí los dioses ajenos, y sirvieron a Jehová; y él fue angustiado a causa de la aflicción de Israel.”
El hecho de quitar de entre si lo dioses ajenos es una señal de un arrepentimiento que va mas allá de las palabras y se remonta a las acciones, el hecho de quitar esos dioses ajenos estaba demostrando que ahora si iba en serio, no solo quitaron los dioses si no que pese a la negativa de Dios para ayudarlos, ellos comenzaron a servir a Dios.
Y es que necesitamos tener agradado a Dios, pues nunca sabemos cuando necesitaremos un milagro de parte suya, por esa razón tenemos que estar bien con El.
La Palabra menciona lo siguiente: “y él fue angustiado a causa de la aflicción de Israel”. Así es mi Dios, es que el amor corre por todo su ser, su misericordia es infinita y su fidelidad incomparable, su leccioncita había dado frutos, el arrepentimiento ahora no eran solo palabras, sino que iban acompañadas de acciones, de esas acciones que mueven el corazón de Dios y que al ver tu problema se angustia por ti, pues quiere verte siempre en bendición.
Es así como cada uno de nosotros debemos aprender a través de esta historia bíblica, la importancia de no permitir que lleguemos a tocar el límite de Dios, pues nadie de nosotros querrá recibir una leccioncita para aprender a no quererse burlar de Dios.
El anhelo del Señor es que cada uno de nosotros lo busquemos de corazón, que quitemos de nuestra vida todo aquello puede llegarse a convertir en un dios pagano y que comencemos a servirle con animo voluntario, no por miedo, sino por temor reverencial que Dios se merece.
Posiblemente tu haz estado jugando con Dios, te has arrepentido muchas veces de algo que sabes bien que esta mal delante de Dios, pero luego de unos días, vas nuevamente en pos de ello olvidando de esta manera lo que hace algunos días le dijiste al Señor acerca de ya no seguir insistiendo en ese pecado.
Mas Dios que te conoce perfectamente sabia muy bien que en ti no existía un verdadero arrepentimiento y a pesar de eso te siguió bendiciendo y dándote oportunidades, pero el limite de Dios esta cerca y por esa razón quiere que a partir de hoy comiences a demostrar con hechos lo arrepentido que estas de haber fallado y lo dispuesto que estas a hacer su voluntad cueste lo que cueste.
No es que el pecado sea mas fuerte que ti, es que tu no estas permitiendo que el Poder y la fortaleza de Dios este en tu vida, pues has dejado de orar, de leer la Palabra, de congregarte quizá o simplemente has dejado de sentir gusto por las cosas espirituales, y todo eso te ha llevado a ser mas vulnerable a los ataques del enemigo.
Mas en esta hora, Dios te da una nueva oportunidad y te dice: “¡VAMOS, YO CREO EN TI!” y es que Dios cree en ti, aun cuando nadie y quizá hasta tu mismo no crees mas en ti, y es porque El sabe el final feliz que tiene preparado para ti, por esa razón, LEVÁNTATE Y INTÉNTALO NUEVAMENTE, pero ahora si, demuéstrale que esta vez si va en serio, pues no quieres llegar a su limite.
El arrepentimiento genuino va acompañado de acciones genuinas que salen de lo profundo de tu corazón.
Autor: Enrique Monterroza

viernes, 11 de septiembre de 2009

«CUANDO SE JUZGA QUE LA CALAMIDAD VIENE DE DIOS» (1a. Parte)

por Carlos Rey



El 19 de septiembre de 2001, apenas una semana después del ataque terrorista contra las torres gemelas de Nueva York y el Pentágono de Washington, el periodista estadounidense Cal Thomas, en su columna publicada a nivel nacional, se pronunció acerca del tema en un artículo titulado «Cuando se juzga que la calamidad viene de Dios». He aquí la primera parte de su comentario:
«... la semana pasada dos dirigentes religiosos... dieron a entender que los ataques terroristas se debieron al juicio de Dios....
»No son ellos los primeros en vincular el castigo divino a acontecimientos temporales. Abraham Lincoln dijo que la Guerra Civil estadounidense se debió a la esclavitud y a que los Estados Unidos de América se habían olvidado de Dios y estaban intoxicados de un éxito ininterrumpido, y se sentían demasiado orgullosos como para orar al Dios que nos creó. Alejandro Soljenitsyn dijo que el comunismo ahogó a la Unión Soviética durante siete décadas porque su pueblo se había olvidado de Dios.
»En la medida en que las calamidades, ya sean naturales o provocadas por los seres humanos, nos llevan a la reflexión y a reorganizar la vida de tal modo que ese mal nos impulsa a hacer el bien, hasta el horror [del 11 de septiembre] puede tener efectos redentores y de ese modo personas inocentes no habrán muerto en vano....
»Hay quienes creen que los Estados Unidos de América es una nación especial, escogida por Dios para recibir una bendición excepcional. Eso es idolatría.... En Isaías 40, Dios dice que a sus ojos todas las naciones son como “una gota de agua en un balde, como una brizna de polvo en una balanza”, pues “no son nada”. Esta afirmación es motivo de humildad y no de fanatismo religioso.
»Hay otros interrogantes. Cuando el apóstol Pablo visitó la antigua ciudad de Corinto, prevalecía una inmoralidad desenfrenada. El culto a Afrodita fomentó la prostitución en nombre de la religión. En determinado momento, según [la edición de estudio de] la Nueva Versión Internacional de la Biblia, “mil prostitutas servían en su templo”. ¿Acaso no bastaba ese estilo de vida para que Dios enviara un meteorito que arrasara la ciudad? Sin embargo, a pesar de semejante maldad, Dios no envió su juicio sino que envió a su Hijo en el acto de amor más grande que jamás se haya visto. “Cuando todavía éramos pecadores”, dice la Sagrada Escritura, Dios envió a Jesucristo a morir por nosotros (Romanos 5:8).
»Si bien ese mismo Libro sagrado trata acerca de un juicio final en el que todo el mundo tendrá que comparecer ante Dios, así como advierte sobre las consecuencias inmediatas del pecado —desde la enfermedad física hasta la angustia emocional y la muerte—, también dice que Dios “no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan” (2 Pedro 3:9).

«CUANDO SE JUZGA QUE LA CALAMIDAD VIENE DE DIOS» (2a. Parte)

En los días posteriores al 11 de septiembre de 2001, hubo dirigentes religiosos en los Estados Unidos que emitieron el juicio de que el ataque terrorista ocurrido en aquel nefasto día representaba el castigo de Dios infligido a una nación en extremo pecaminosa. Así Dios, de manera inequívoca, le llamaba la atención a aquella superpotencia mundial. Según esos líderes eclesiásticos, Dios no tuvo que hacer más que valerse del odio que albergan en el corazón tantos individuos contra el país que consideran culpable del deterioro moral que cunde en todo el mundo.
Contra ese juicio tajante se pronunció con firmeza el periodista estadounidense Cal Thomas el 19 de septiembre ante su público nacional. A su columna escrita como respuesta a semejante concepto de Dios, le puso por título «Cuando se juzga que la calamidad viene de Dios». En la primera parte de su exposición bíblica, Thomas cita varios pasajes del Nuevo Testamento. De ahí pasa al Antiguo Testamento, del que se vale con maestría para desarrollar el siguiente argumento teológico con el que le pone punto final al asunto:
«Dios no habría destruido las antiguas ciudades de Sodoma y Gomorra si allí se hubieran encontrado sólo diez justos (Génesis 18:32). ¿Acaso los que creen que el ataque terrorista representaba el juicio de Dios piensan que había menos de diez personas justas en Nueva York y en el Pentágono cuando se estrellaron esos aviones contra aquellos edificios?
»Dios permite que ocurran cosas malas a pesar de que Él, por naturaleza, sólo hace el bien y saca de lo malo algo bueno. ¿Cómo sabemos esto? ... El Salmo 5 dice: “Tú no eres un Dios que se complazca en lo malo.” José, a quien sus hermanos habían vendido como esclavo y sin embargo llegó a ser el brazo derecho del faraón y el proveedor de alimento a los hambrientos, les dijo a sus hermanos: “Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente” (Génesis 50:20).
»En Génesis 18:25, Abraham intercede por la vida de los habitantes de Sodoma. En sus esfuerzos por lograr que Dios perdone a esa gran ciudad, Abraham dice algo importante acerca del carácter de Dios que tal vez debieran considerar aquellos que creen que Dios ha castigado a los Estados Unidos de América mediante un ataque terrorista: “¡Lejos de ti el hacer tal cosa! ¿Matar al justo junto con el malvado, y que ambos sean tratados de la misma manera? ¡Jamás hagas tal cosa! Tú, que eres el Juez de toda la tierra, ¿no harás justicia?”
»Claro que sí hará justicia. El mal existe, pero su autor no es Dios. El mundo está perdido y ocurren cosas malas. Pero Dios ha provisto la forma de que nosotros, simples seres humanos, seamos restaurados si le prestamos atención.»

lunes, 7 de septiembre de 2009

UNA HISTORIA QUE SE VOLVIÓ REALIDAD: LA VIDA DEL HERMANO PABLO

«¡NO LO CREA!»
por Carlos Rey



Lo transmitió por primera y única vez por la radio a principios de 1968, cuando él mismo tenía cuarenta y seis años de edad. Habían transcurrido exactamente tres años y medio desde que redujo su programa de quince minutos a cuatro, bautizándolo con el nuevo nombre de UN MENSAJE A LA CONCIENCIA. A este mensaje en particular, uno de los mensajes más personales de todos los que llegó a grabar, el Hermano Pablo le puso por título «¡No lo crea!»:
«Quiero en este día, mi amigo, ser muy franco con usted. Algún día le va a llegar la noticia (pueda ser que estas mismas ondas la transmitan) que el Hermano Pablo ha muerto. Digo eso por la sencilla razón de que tarde que temprano todos tenemos que morir. Si Jesucristo tarda en su regreso al mundo, todos los que ahora vivimos tendremos que pasar por el río de la muerte. Y aunque nadie sabe cuándo, todos sabemos que ese día es seguro. Así que, amigo, ya sea por voz audible, por el periódico o por estas mismas ondas radiales, algún día usted oirá la noticia que el Hermano Pablo ha muerto.
»Cuando eso ocurra, ¡no lo crea! Así como se lo estoy diciendo, ¡no lo crea! No, no es que alguien haya mentido. No creo yo que cupiera en el corazón de alguien engañar en una cuestión tan importante. No es eso. Si llegara el anuncio, lo más probable es que, en efecto, mi corazón haya dejado de latir. Pero el verdadero yo —aquello que es mi personalidad, mi fuero interno, mi alma, mi vida espiritual— no habrá muerto. Más bien, ese es el día en que estaré más vivo que nunca. Es que, amigo mío, yo nací dos veces.
»La primera vez nací en 1921. Pero volví a nacer en 1932, cuando tenía once años de vida física. El primer nacimiento fue el del cuerpo; el segundo nacimiento fue el del espíritu. Y aunque el cuerpo muera, el espíritu nunca morirá. Al contrario, el simple hecho de haber nacido de nuevo me garantiza vida eterna junto al Señor Jesucristo. Así que, cuando oiga la noticia que el Hermano Pablo ha muerto, no la crea. Será ese el día en que el verdadero Hermano Pablo se haya trasladado a una vida superior, a la vida eterna, a la vida en la que no hay enfermedad, ni dolor ni tristeza; donde no hay remordimiento, ni pecado ni muerte. Será ese el día, mi amigo, en que de veras he de estar vivo.
»¿Ha tenido usted la experiencia del segundo nacimiento? Jesucristo le dijo al dirigente judío llamado Nicodemo: “Os es necesario nacer de nuevo.”1 Y, amigo, esa misma declaración es tan verdadera hoy como lo fue el día en que Jesús la hizo: ¿Ha nacido usted de nuevo?»


1Jn 3:7


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ASESINA EN SERIE

DIARIO DE UNA JOVEN ASESINA
por el Hermano Pablo



Era su librito de apuntes diarios, apuntes que iba haciendo, cada día, una joven de catorce años de edad. ¿Qué cosas podría escribir en ese diario? Cosas juveniles: impresiones de muchachos, actividades de colegio, paseos, fiestas.
Pero un día, justamente el primero de enero, la joven escribió: «Querido diario: Es principio de año, y ya no aguanto más. Tengo que quitarme de encima una carga que ya no puedo llevar. Yo maté a mi hermanita.»
El diario sigue narrando: «Fui hasta su cuarto y le dije que la quería mucho. Cubrí, entonces, su boca, y la sofoqué. Tú, mi querido diario, eres a quien primero le cuento. Gracias. Ahora me siento mejor.»
Ya hacía cinco meses que esta adolescente había matado a su hermanita de cuatro años de edad. Cuando hallaron el cuerpo de la chiquita, el médico forense determinó que era «muerte por asfixia traumática». La investigación no produjo ningún resultado. Pero sucedió que los padres de la hija mayor descubrieron su diario.
Por más que querramos callar la voz de nuestra conciencia, no podemos. Tarde o temprano su grito se oirá.
¿Qué está pasando en los hogares, en las familias, en los adolescentes? Esta joven no carecía de nada. Tenía buenos padres, buena casa, buen colegio, buenos amigos, buena ropa, buen calzado, buenas cosas. ¿Por qué, de un modo sorpresivo y brutal, mató a su hermanita?
En parte tiene que ver con la violencia que los adolescentes ven en la televisión, la cual se va acumulando en su psiquis. Cuando ésta se llena a más no poder, el adolescente no tarda en poner en práctica más de alguna de esas cosas.
Tampoco se descarta la posibilidad de los contactos con sectas extrañas. Lo que padres incautamente podrán llamar «chifladuras de adolescentes» puede que sean relaciones, incluso satánicas, cosa que está más extendida de lo que parece.
La fuerza moral más potente del mundo está en Jesucristo. Si nosotros, como padres, descuidamos nuestra propia vida espiritual, con eso dirigimos a nuestros hijos por el camino de la perdición.
Hagamos de Cristo el Señor de nuestra vida. Tanto nosotros como nuestros hijos necesitamos ese poder. Sólo Cristo nos pone a salvo de toda fuerza maligna. Él desea ser nuestro Señor. Coronémoslo Rey de nuestra vida hoy mismo.

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DECISIONES QUE PUEDEN TRAER CONSECUENCIAS NEGATIVAS

«AMBOS DECIDIMOS NO TENER AL NIÑO»
por Carlos Rey



En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» en nuestro sitio www.conciencia.net. Lo hizo de manera anónima, como pedimos que se haga; así que, a pesar de que nunca se lo había contado a nadie, nos autorizó a que lo citáramos, como sigue:
«Soy un joven que dejó embarazada a su novia, y ambos decidimos no tener al niño. Ella tomó unas pastillas para abortar. Ahora vivimos una condena, y no tengo ganas de vivir. Siento que mi vida se ha derrumbado. No tengo fuerzas por lo que hicimos.
»Mi pregunta es: ¿Recibiré algún día perdón de Dios por lo que hice, o viviré una condena en el infierno para toda mi vida? ¿Qué tengo que hacer ahora?»
Este es el consejo que le dimos:
«Estimado amigo:
»Hay muchas personas que le dirían a usted que el niño que ustedes abortaron no era más que una masa informe de tejidos, y en realidad no un ser humano. También dirían que no hay consecuencias emocionales para los que optan por el aborto como la solución a su «problemático» embarazo. Pero la experiencia que ha tenido usted demuestra que esas personas están equivocadas. Usted está sufriendo mucho porque en lo profundo de su corazón sabe que destruyó a su propio hijo. Las repercusiones emocionales del aborto son patentes, y sin embargo las ocultan quienes persiguen determinados fines políticos. Todos los días miles de parejas creen las mentiras que se les han dicho, y posteriormente descubren la inquietante verdad tal como le ha sucedido a usted.
»Pero lo que usted quiere saber ahora es si hay alivio alguno para la agonía que siente y si tendrá que pagar consecuencias eternas a causa de sus decisiones. Tenemos una buena noticia y una mala noticia para usted.
»La mala noticia es que usted siempre hará duelo por su hijo que no llegó a nacer. Siempre habrá un dolor, un vacío que sólo pudo haber llenado ese niño....
»Ahora bien, ¿cómo puede usted ser librado de la gran culpa que siente? Aunque su pecado le parece muy grande ahora, la verdad es que todo pecado es una ofensa contra Dios porque nos aparta de Él.... Todo pecado tiene que pagarse antes de que podamos experimentar la presencia de Dios, tanto aquí en este mundo como en el cielo por la eternidad. ¿Entonces cómo puede usted pagar por su pecado? No hay cantidad alguna de buenas obras ni de penitencias que satisfagan. ¡Pero la buena noticia es que Jesucristo tomó su lugar! Él murió por su pecado para que usted pudiera ser librado no sólo de las consecuencias eternas, sino también de la culpa que ahora siente.
»Lo que tiene que hacer usted es pedirle al Padre celestial que lo perdone en el nombre de su Hijo Jesucristo, para que Cristo pueda entrar en su corazón y ser su Señor y Salvador. Una vez que haya hecho eso, ¡sentirá un gran alivio! Sí, recibirá el perdón, pero aun mejor que eso, habrá comenzado a cultivar la relación más importante de su vida.
»¡Pídaselo hoy!
»Linda y Carlos Rey.»
El consejo completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, puede leerse con sólo pulsar el enlace en www.conciencia.net que dice: «Caso de la semana», y luego el enlace que dice: «Caso 42».





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EL CALOR DEL HOGAR LOS MANTUVO VIVOS

SIETE DÍAS EN UNA CUEVA
por el Hermano Pablo



La familia la formaban tres personas: Daniel Stolpa, joven de veintiún años de edad; su esposa Jennifer, de veinte años; y el hijito de ambos, Clayton, de cuatro meses.
Andaban juntos de turismo en Canadá. Sin rumbo específico, transitaban por un camino serpenteado hacia las alturas de una montaña. Y era invierno.
Todo iba bien, hasta que el automóvil se dañó. Tuvieron que abandonar el vehículo y andar a pie por la sierra nevada en busca de auxilio. Cuando menos pensaron, se hallaron en medio de una terrible tormenta de nieve.
Daniel halló una cueva en la montaña y pensó pasar esa noche en ella. Pero la tormenta arreció, y aunque estaban sin agua, sin comida y sin más protección que la ropa que traían puesta, no podían moverse de allí.
Pasaron siete días aguantando el intenso frío. Y por fin, Daniel dejó a su esposa y a la criaturita para buscar auxilio. Caminó veinticinco kilómetros hasta hallar asistencia, y al fin todos fueron rescatados. Aunque la baja temperatura congeló parte de sus pies, todos quedaron fuera de peligro.
Durante las interminables horas que Daniel y Jennifer pasaron en la cueva, solos y apretados uno contra otro protegiendo al hijito de cuatro meses, conciliaron todas las diferencias y resolvieron problemas matrimoniales que estaban teniendo. De ahí que declararan: «Tuvimos que estar siete días muy juntos en una cueva, muertos de frío, para que de nuevo brotara el calor del amor entre los dos.»
En efecto, es el calor del amor, ese fuego sagrado hecho por Dios, lo que mantiene unido al matrimonio. Desgraciadamente, la rutina del matrimonio muy pronto lo vuelve insípido, y cuando faltan el estímulo y la determinación de mantener encendido el fuego, éste se apaga.
¿Por qué ocurre esto? Porque por alguna razón, estúpida o ingenua que sea, creemos que nuestro amor, de por sí, se mantendrá para siempre en calor. Eso es imposible. Ningún amor entre dos personas puede mantenerse si esa relación no se nutre con actos de respeto y cariño.
Fortalezcamos nuestro matrimonio. Protejamos esa unión. Nutramos la relación conyugal. Nada en la vida es más importante que la relación con el cónyuge. El matrimonio que se preserva alcanza su más intensa satisfacción con el paso de los años. Cuidemos nuestro matrimonio. Es lo más sagrado que tenemos. Y con el correr del tiempo y la presencia de Dios en el corazón, será más bello aún. Pues si de veras estamos bien con Dios, lo estaremos también con nuestro cónyuge.

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"CANTA CANTA Y CANTA CUANDO PUEDES"

MOTIVO PARA CANTAR
por Carlos Rey



Era el año 1862, cuando se había recrudecido la Guerra Civil en los Estados Unidos de América. Los bandos enemigos se habían retirado a sus respectivos campamentos para pasar la noche. La luna brillaba en todo su esplendor. En el frente se hallaban apostados soldados de ambos bandos, cada cual con la misión de prevenir un ataque sorpresivo del enemigo.
En el bando del sur había un soldado llamado Ira Sankey. En un momento de descuido, Sankey surgió de entre las sombras y comenzó a contemplar el majestuoso cielo estrellado. Al verlo, uno de los soldados del bando del norte se deslizó con cautela y preparó su fusil para disparar contra el distraído Sankey. No bien había terminado de afinar la puntería cuando Sankey, que era creyente en Cristo, alzó los ojos al cielo y comenzó a cantar: «Cristo, cual pastor, oh guía nuestros pasos en tu amor; nuestras almas siempre cuida, guárdalas, oh Salvador.» El francotirador se dispuso a apretar el gatillo, pero al escuchar el himno una sensación extraña se apoderó de él. Conocía muy bien esa melodía y esa letra. ¡Era uno de los himnos que le había oído cantar a su mamá! Cuando Sankey llegó a la estrofa del himno que dice: «Tuyos somos, fiel Amigo, sé tú nuestro Defensor; da al rebaño tuyo abrigo de este mundo pecador», el soldado, conmovido, puso a un lado el arma y escuchó con atención hasta el final.
Terminó la guerra, pasaron los años, y el soldado, ya veterano, conservaba el recuerdo de esa noche. Pero no supo nada de Sankey hasta que en la Nochebuena del año 1875, mientras viajaba por el río Delaware en un barco de vapor, escuchó una vez más las notas de aquella memorable melodía. ¡Cuál no sería su sorpresa al saber que quien la cantaba era el mismo a quien se la había oído cantar durante la guerra! Un grupo de personas había reconocido a Sankey como el cantautor que dirigía los himnos en las campañas del renombrado evangelista Dwight Moody, y le había pedido que cantara una de sus propias composiciones; pero él les había dicho que esa noche prefería cantar el viejo himno «Cristo, cual pastor».
Tan pronto como Sankey terminó de cantar, el veterano, que no había asistido a ninguna de las reuniones de Moody, se acercó a Sankey, se presentó y le contó cómo hacía trece años que ese himno le había salvado la vida. Sankey no salía de su asombro al ver cómo Dios, tal como decía el himno, había guiado los pasos de los dos de tal manera que se encontraran por segunda vez. Así que aprovechó la ocasión para contarle a aquel hombre acerca de Jesucristo, el motivo de su himno, y tuvo la alegría de ver cómo su antiguo enemigo se convertía no sólo en amigo suyo sino en amigo de Dios al entregarle su vida a Cristo aquella misma noche.





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jueves, 27 de agosto de 2009

PALABRAS VULGARES: UN DÍA DARÁS CUENTA POR ELLAS

«VULGARIDADES A TODO MOMENTO»
por Carlos Rey

En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos:

«Quiero pedirles un consejo para solucionar mi problema. Tengo cuatro años de convivencia con mi pareja, [pero] me ha costado mucho trabajo aceptar su forma de ser, sobre todo por su mala costumbre de decir vulgaridades a todo momento. Pareciera que no se diera cuenta cuántas veces lo hace y todo lo que dice. No hay un solo instante que no lo haga. Tiene esas palabras en su vocabulario como [si fueran] palabras comunes.

»He tratado de varias formas de hacerle entender lo mal que me siento por ello, [y él] lo modera un poco; pero al día siguiente es igual....

»Recurro a ustedes para que me orienten para poder ayudarlo a él.... Les agradezco anticipadamente.»

Este es el consejo que le dimos:

«Estimada amiga:

»Su caso nos recuerda las veces que estamos en un lugar público y oímos a algunas personas hablando en voz alta y diciendo palabrotas ¡como si todo el mundo quisiera oírlas! Eso es ofensivo y grosero, pero quienes lo hacen dan la impresión de no darse cuenta siquiera de que no es aceptable.

»La parte de su problema que más nos preocupa es que, al parecer, a su pareja le importa poco cómo usted se siente. Usted se ha expresado al respecto reiteradas veces, y sin embargo él sigue haciendo lo mismo. Creemos que si de veras la amara a usted, le importaría lo bastante como para controlar su vocabulario.

»Quisiéramos hacerle una pregunta: ¿Controla su pareja el vocabulario cuando habla con un supervisor en el trabajo, o cuando habla con sus familiares más jóvenes? ¿Hay alguna situación en la que controla lo que dice? Si es así, entonces sí tiene la capacidad de controlarse cuando está con usted, sólo que no considera que sea tan importante como para esforzarse por hacerlo.

»¿Ha notado usted que él no se ha mostrado sensible a sus sentimientos y deseos en otros aspectos? Lo más probable es que sí. Sin duda la insensibilidad que él le demuestra al decir vulgaridades es apenas un síntoma de los problemas en la relación que tienen ustedes dos. Cuando a una persona no le importan los sentimientos de su pareja, ¿qué clase de relación tiene con ella? Si él dice que la quiere a usted, pero no está dispuesto a demostrarlo con el trato que le da, entonces ¿es ese el amor que usted de veras quiere? Le aseguramos que, con el paso del tiempo, la insensibilidad que él le mostrará a usted será cada vez peor....

»La dejamos con las palabras del apóstol Santiago, que siempre tiene un consejo práctico para la vida diaria. Él no sólo nos recuerda lo difícil que es controlar nuestras palabras, sino también la importancia que eso tiene. Él dice: «La lengua es un fuego, un mundo de maldad. Siendo uno de nuestros órganos, contamina todo el cuerpo y, encendida por el infierno, prende a su vez fuego a todo el curso de la vida.... Es un mal irrefrenable, lleno de veneno mortal.»1

»¡Usted tiene mucho en qué pensar!

»Linda y Carlos Rey.»

El consejo completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, se puede leer si se pulsa el enlace que dice: «Caso 41» dentro del enlace en www.conciencia.net que dice: «Caso de la semana».
1 Stg 3:6,8

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domingo, 23 de agosto de 2009

El Amor

EL QUE AMA LO HACE SIN INTERÉS

La Biblia en 1 corintios 13:1-8 dice:

Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.

Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.

Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.

El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.

Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.


EL QUE NO AMA A SU HERMANO ES UN MENTIROSO

Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? 1 Juan 4:20

En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios. 1 Juan 3:10

Con amor llegaremos a ser mejores personas, y si queremos hacer algo por los demás tenemos que hacerlo con un corazón lleno de amor, no con hipocresía ni por interés.No pretendamos cambiar al mundo si primero no cambiamos nosotros; y el cambio debe ser de adentro hacia afuera. No como muchos que pretenden cambiar al mundo con dádivas de dinero, con mentiras y engaños.





EL AMOR ES EL NUEVO MANDAMIENTO DE CRISTO
El Señor Jesús nos dio un nuevo mandamiento, el cual está basado en el amor. Él dijo:
Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. Juan 13:34
Y en Juan 15:12 y 17 nos dice:
Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.
Esto os mando: Que os améis unos a otros.

Oscuridad espiritual

¿Amamos en verdad o somos hipócritas?
Si no amamos, andamos en tinieblas y no tenemos la luz verdadera.
1 Juan 2:9-11 dice:
El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas.
El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo.
Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.

Si no amamos y aborrecemos a los hermanos, somos mentirosos.
1 Juan 4:20-21 dice:
Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?
Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano.

El que ama debe ser desinteresado y hacerlo con un verdadero amor.

1 Corintios 13:4-8 nos dice:
El amor es sufrido, es benigno; el amor NO tiene envidia, el amor NO es jactancioso, NO se envanece;
NO hace nada indebido, NO busca lo suyo, NO se irrita, NO guarda rencor;
NO se goza de la injusticia, MAS se goza de la verdad.
TODO lo sufre, TODO lo cree, TODO lo espera, TODO lo soporta.
El amor NUNCA deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.
Así es que debe ser el amor por los hermanos y hermanas. De lo contrario nos estamos engañando a nosotros mismos.

martes, 18 de agosto de 2009

LA TELEVISIÓN SE PUEDE CONVERTIR EN UNA DIVERSIÓN VIOLENTA

DIVERSIÓN VIOLENTA

LA TELEVISIÓN SE PUEDE  CONVERTIR EN UNA DIVERSIÓN VIOLENTA
Comenzó temprano en la mañana, cuando los niños se disponían a desayunar. A media mañana, cuando la madre y los abuelos pretendían estar en los quehaceres del hogar, la actividad continuaba. Siguió a lo largo del día, agudizándose cuando los pequeños regresaron de la escuela. Así continuó hasta las diez de la noche cuando, por fin, la familia se acostó.

¿Cuál era esta actividad que hipnotizaba a todos en el hogar? Eran actos de violencia. Actos de violencia provistos a todo color y con efectos de sonido por ese extraordinario aparato, imprescindible en la vida actual, llamado televisor.

En un solo día y en una sola ciudad se registraron, de acuerdo con una encuesta oficial, 1.846 actos de violencia en la pantalla mágica. Y toda esa violencia fue absorbida por la psiquis de miles de niños y de adolescentes.

¿Cómo se define la violencia? Es cualquier acto deliberado que implica fuerza física o el uso de un arma a fin de alcanzar algún objetivo, promover alguna causa, actuar en un impulso de ira, intimidar a otros o defenderse de un ataque. Eso es violencia, y casi nunca sirve un fin justo.

La violencia que diariamente se ve en la televisión, y que comienza en los dibujos animados que los padres desaprensivamente dejan ver a sus pequeños, llega a ser parte de la vida diaria del niño. De esos casi dos mil actos de violencia registrados, nada menos que 471 provenían de los dibujos animados infantiles. Y además de actos de violencia, la televisión provee actos de perfidia, de adulterio, de mentira, de estafa, de infidelidad y de traición.

El apóstol Pablo nos dejó un tesoro escrito de incalculable valor: «... consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio» (Filipenses 4:8). Nuestra mente absorbe, como esponja, todo lo que le introducimos, y tarde o temprano llegamos a ser lo que ha entrado en ella. Por eso San Pablo les exhortó a los romanos a que fueran transformados mediante la renovación de su mente.

Cada uno de nosotros está construyendo vidas. En primer lugar, construimos la vida nuestra; luego, la de nuestros hijos. Ellos no serán lo que les digamos que sean sino lo que nosotros, con el ejemplo, les mostramos. Por eso nos urge adoptar como nuestra norma de vida las enseñanzas de Cristo. Y esto solamente lo conseguimos cuando Cristo mismo es nuestro Señor y Dios. Seamos, pues, verdaderos seguidores de Cristo.

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lunes, 10 de agosto de 2009

LA NATURALEZ MUESTRA LA GLORIA DE DIOS

«EL ESTRUENDO DE TUS CATARATAS»
por Carlos Rey

«El 31 de enero de 1542, el gobernador llegó con su gente a un río que se llama Iguazú, luego de andar ocho jornadas... sin hallar ningún lugar poblado de indígenas. El río Iguazú, que corre del este al oeste, es el primero que pasaron al principio... cuando salieron de la costa del Brasil.... Allí le informaron al gobernador que a los portugueses que Martín Alfonso de Sosa había enviado a descubrir aquella tierra, algunos indígenas los habían matado mientras cruzaban en canoas entre el río Paraná y el río Iguazú. Y le avisaron que ahora los estaban aguardando a ellos para atacarlos y matarlos también cuando cruzaran el río.

»Por eso el gobernador... se embarcó con ochenta hombres en unas canoas que compró de los indígenas de la región, y navegó río abajo por el Iguazú hasta el Paraná, habiendo mandado que el resto de la gente y los caballos se fueran por tierra y que se encontraran con él en la ribera del río Paraná. Resultó que la corriente del río Iguazú comenzó a arrastrar las canoas con mucha furia, ya que muy cerca de donde se embarcó, el río da un salto por unas rocas muy altas, y el agua cae con tanta fuerza que el sonido del golpe se oye desde muy lejos y la espuma del agua se eleva a una altura de más de dos lanzas. Por eso el gobernador juzgó necesario que salieran de las canoas, las sacaran del agua y las llevaran por tierra hasta pasar el salto. Les tocó llevarlas en hombros más de media legua, pasando muy grandes trabajos.

»Salvado aquel mal paso, volvieron a meter en el agua las canoas y siguieron río abajo hasta que llegaron al río Paraná. Gracias a Dios, la gente y los caballos que iban por tierra, así como el gobernador y la gente que iba con él en las canoas, llegaron al mismo tiempo. En la ribera del río estaba esperándolos un gran número de indígenas guaraníes. Pintados de muchas maneras y colores, estaban cubiertos de plumas de papagayos y almagrados. Parecían todo un escuadrón con sus arcos y sus flechas en las manos.... El modo en que llegó el gobernador con su gente les infundió temor... y muchos de los indígenas les ayudaron a cruzar el río. A pesar de lo ancho, lo profundo y lo torrentoso que era el río Paraná por la parte en que lo cruzaron, toda la gente y sus caballos, en balsas hechas juntando las canoas de dos en dos, lograron cruzarlo en el espacio de dos horas, salvo un hombre que se ahogó cuando se volcó la canoa en que iba y se lo llevó la corriente.»1

Fue así como el gobernador de Río de la Plata, el explorador español Álvar Núñez Cabeza de Vaca, descubrió aquel día esa maravilla de la naturaleza que son las Cataratas del Iguazú. Pero ¿por qué se le honra a don Álvar Núñez como el descubridor de las cataratas? ¿Será porque quienes ya las conocían no estaban en condiciones de darlas a conocer al mundo, como lo hizo el escribano español Pero Hernández, secretario del explorador? ¿O será más bien porque aquellos indígenas temían que otros las explotarían y arruinarían si supieran de su esplendor y su grandeza?

No dejemos que nos suceda lo mismo a nosotros con relación al Creador de aquellas cataratas. Aclamemos a Dios a oídos del mundo, como lo hicieron los salmistas de Israel: «Señor mi Dios, tú eres grandioso; te has revestido de gloria y majestad.... Tú haces que los manantiales viertan sus aguas en las cañadas, y que fluyan entre las montañas.»2 «Un abismo llama a otro abismo, con el estruendo de tus cataratas...»3
1 Álvar Núñez Cabeza de Vaca, Comentarios [adaptado al español contemporáneo] (México, D.F.: Editorial Océano de México, 2001), pp. 174-77.
2 Sal 104:1,10 (NVI)
3 Sal 42:7 (El Libro del Pueblo de Dios)

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sábado, 8 de agosto de 2009

EL HABLAR DE DIOS: INTRODUCCIÓN

Dios habla al hombre de muchas maneras, en el pasado y hoy en día también. El hablo por medio de los profetas, ángeles, su creación, situaciones, sueños y por su palabra. En nuestros días nos habla por medio de su Hijo Jesucristo, el autor y consumador de la salvación, que quita el pecado del mundo. También por medio del Espíritu Santo la promesa del Padre y su Iglesia los creyentes.

DIOS HABLA POR MEDIO DE : LOS HOMBRES

En el libro de Crónicas, tenemos una historia durante el reinado del rey Josafat. El rey y el pueblo de Israel, tienen un dilema con los hijos de Moab y de Amón. Que vienen hacer guerra en contra de ellos. Josafat y el pueblo acuden a Jehová, para pedir socorro en contra tan gran multitud que viene contra ellos. Y dijo Jehová: el Señor está con ustedes, esta guerra no es de ustedes sino de Dios.

DIOS HABLA POR MEDIO DE : LOS HOMBRES

Esta es la segunda parte de "Dios Habla Por Medio de Los Hombres." Esta historia nos habla de la compasión de Dios por toda la humanidad. Dios le da palabra a Jonás para la gran ciudad de Nínive. "De aquí a cuarenta días Nínive será destruida por que ha subido su maldad delante de mi." Dios hablo por medio de Jonás, y el pueblo se arrepintió de su pecado y maldad y Dios los perdono.

DIOS HABLA POR MEDIO DE: LOS PROFETAS

El libro de Daniel es un libro profético y da un resumen del plan de Dios para las naciones y describe al pueblo de Israel durante el tiempo del dominio gentil. Durante este tiempo el pueblo judío estaba en esclavitud. Dios levanta a un joven llamado Daniel, como profeta y le revela la elevación y caída de varios imperios. En ellas se predicen la caída del opresor, y el triunfo del pueblo de Dios.

DIOS HABLA POR MEDIO DE: LOS ANGELES

"El Ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende." Dios habla al hombre por medio de los Ángeles, Hoy tendremos dos personajes y los encontramos en el libro de Jueces. Uno se llamado Gedeón y el segundo es el nacimiento de Sansón. A Gedeón el Ángel de Jehová se le aparece para animarlo y al otro el Ángel de Jehová se le apareció a su madre entes de ella concebirlo.

DIOS HABLA POR MEDIO DE: LA CREACION

"Dios es tan grande que no podemos comprenderlo, tampoco podemos contar sus años." Cuando vemos el universo, los cielos, la tierra, el hombre, y las obras de sus manos, nos están hablando de su gloria, poder y majestad. "Porque las cosas invisibles de Él, su eterno poder y deidad se hacen claramente visibles desde la creación del mundo."

DIFICILDE CREER PERO CIERTO: DAR UN MENSAJE FALSO PARA BIEN PROPIO

Los pastores y maestros que diluyen el evangelio de Cristo para hacerlo más popular y atrayente son responsables de conducir a su público por el camino que lleva al castigo eterno.

En este libro John MacArthur expresa la tendencia moderna de alterar el mensaje verdadero del cristianismo con el fin de complacer los caprichos y deseos de una cultura que espera recibir mensajes sin confrontación, respuestas fáciles y compromisos superficiales.

Demasiadas personas quieren a un Jesús especialista en publicidad y mercadotecnia que se encargue de hacerles saludables, felices y prósperos. Pero Jesucristo no es el genio de la botella de nadie. Él es el Salvador que murió en agonía para satisfacer la ira de un Dios santo y perdonar los pecados de la humanidad. La fe en Él demanda una disposición a hacer cualquier sacrificio que Él pida. La dura verdad del cristianismo es que el costo es muy alto, pero las recompensas son inestimables: Vida eterna y abundante que solo viene como resultado de seguir fielmente a Cristo.
Momento de Gracia
Henry Tolopilo y John MacArthur

PREDICACION SOBRE LA SOLEDAD

¿Qué Hago Cuando me Siento Solo?.

Por Ministerios Pastorales de caballeros.

Iglesia Cristiana Confraternidad de Villa Flora.

Lectura Biblica:Salmo 25:16

Oracion: Señor, en medio de la soledad y el desamparo, escucha mi voz y ven pronto a auxiliarme, se que cuento contigo. Amen.

Pregunta: No me gusta llegar a mi departamento. Es frío y oscuro. Lo primero que hago es encender el televisor simplemente para oír alguna voz humana. Como solo, cambio canales, tal vez lea algo, y luego me voy a la cama. He entablado algunas relaciones personales, y ninguna ha resultado bien. Veo a las parejas en el centro comercial caminando tomamos de la mano, y mi corazón anhela que alguien comparta mi vida. Sé que la gente puede ver la soledad en mis ojos, y probablemente eso las aleja. Pero, ¿qué puedo hacer?

Respuesta: Lamentamos su lucha con la soledad. Todo corazón humano clama por compañía. Dios nos diseñó para que vivamos en relación unos con otros, y es natural sentir dolor en el alma cuando uno está solo.

Tal vez le sorprenda saber que muchos creyentes lucharon con la soledad. El predicador A. W. Tozer1 dijo una vez: “La mayoría de las almas más grandes del mundo han sido almas solitarias.” Piense en las personas consagradas que menciona la Biblia y que se sintieron solas, y considere las razones para su soledad. Job se sintió solo en sus problemas (Job 6:14-15). José, en el rechazo de su familia (Génesis 37:23-28); Elías, como resultado de la guerra espiritual intensa (1 Reyes 19:10, 14); David, como resultado de los implacables ataques de su enemigo (Salmos 25:16); Jeremías, debido a su firmeza en el Señor (Jeremías 15:15-18); y Jesús, en el huerto del Getsemaní cuando más necesitaba a sus amigos (Mateo 26:36-45). Sí, incluso el Hijo de Dios sabe lo que es sentirse solo. ¿No es consolador pensar en eso? Jesús caminó por este valle antes que nosotros. Él sintió el ataque de Satanás en la soledad del desierto, en la tentación. Sintió el aguijonazo del aislamiento en el huerto del Getsemaní. Y sintió la máxima soledad en la cruz cuando llevó nuestro pecado. Debido a que ha recorrido esto antes que nosotros, él es nuestra cuerda vital de esperanza. El autor de la carta a los Hebreos nos asegura:

Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro (Hebreos 4:15-16).

Jesús le encontrará en su soledad con una palabra de comprensión y un corazón lleno de compasión.

Con Cristo, usted puede estar solo sin sentir la tristeza de la soledad. Ahora mismo su soledad es como un desierto emocional, en donde el paisaje es desolado y todo lo que siente es el candente sol y una terrible sed de compañía. Ahora, contraste esta imagen desértica con la imagen de un huerto. Imagínese que usted está solo en un huerto, escuchando los calmantes cantos de las aves y el ritmo relajante del viento en los árboles. En el huerto, usted experimenta retiro, que es una sensación enteramente diferente. El retiro da refrigerio, paz y significado.

¿Cómo puede usted empezar a sentirse menos como estando en un desierto y más como estando en el huerto de Dios?

Primero, manténgase cerca del Señor mediante la oración y la lectura de la Biblia. Dios le invita a que le cuente todo lo que le pasa:

Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos;
Derramad delante de él vuestro corazón;
Dios es nuestro refugio (Salmos 62:8).

Dedique tiempo a los Salmos. Sus compositores a menudo escribieron desde la soledad, así que los Salmos son buenas herramientas para profundizar su andar con Dios, aunque que Él parezca distante y alejado. Usted puede incluso memorizar algunas porciones o Salmos enteros que le hablen.

Segundo, busque personas que necesiten un amigo y muéstreles el amor de Cristo. Busque personas que con probabilidad se relacionarán con usted, y con quienes usted tiene intereses comunes. A menudo los que nos rodean también se sienten solos y están buscando compañía. Tal vez usted puede conectarse con otros en su iglesia o en su barrio.

Tercero, busque situaciones que de manera natural se brinden para cultivar relaciones personales amistosas. Las amistades raras veces surgen como resultado de encuentros al azar; a menudo se cultivan al pertenecer a un grupo cuyos miembros tienen una identidad común. Equipos de deportes o recreación, clubes de lectura, o grupos de intereses especiales son ejemplos de esta clase de grupos. Tal vez puede usar sus pasatiempos o destrezas en un ambiente de grupo. Piense en los grupos en los cuales les gustaría estar, y únase a uno o dos. Los resultados le sorprenderán agradablemente.

Una de las mejores maneras para cultivar relaciones personales es servir en su iglesia. La mayoría de iglesias evangélicas ofrecen docenas de oportunidades para servir, y todas ellas le pondrán en contacto con otros. El trabajo como voluntario es una de las mejores oportunidades para cultivar amistad con otros. Cada vez que su iglesia tenga un día de trabajo, participe. Si surgen oportunidades para servir en comités o grupos de liderazgo, aprovéchelas. Si halla ocasión de unirse a un equipo de servicio que ayuda a los necesitados, hágalo. Trabajar con otros creyentes fomenta rápidamente la unidad y la amistad. Como usted sabe, cultivar relaciones personales simplemente los domingos por la mañana puede ser frustrante, porque todos están muy apurados.

Los estudios bíblicos en los hogares también proveen un ambiente que fomentan el compañerismo. Si su iglesia tiene esos grupos, únase a uno. A lo mejor usted puede tener uno de esos grupos en su casa.

Los retiros que ofrece la iglesia también son buenos lugares para cultivar relaciones personales. Sea que se trate de un paseo a un parque o un fin de semana en las montañas, las actividades al aire libre proveen muchas oportunidades para la interacción personal.

Usted mencionó su frustración en cuanto a salidas con personas del sexo opuesto. Los asesores bíblicos a menudo dan los siguientes consejos a las personas que sienten que su soledad les hace más vulnerables. Tenga cuidado; evite entablar relaciones personales simplemente para calmar su soledad. Las mejores relaciones personales surgen cuando nos sentimos más contentos y estables. La ironía es cuando uno se siente menos desesperado, se halla las relaciones personales más saludables, porque entonces se toman buenas decisiones.

Trabaje en estos puntos con un asesor creyente, un pastor o un buen amigo de su propio sexo.

* Lleve un diario anotando sus sentimientos.

* Escriba un relato de su soledad, o tal vez un historial de su soledad. Puede incluir cuadros de revistas para mostrar cómo sentía su soledad en momentos diferentes. (Aun cuando haya tenido alguna relación personal, tal vez se sentía solo. Incluya esos momentos también).

* Cuando se sienta tentado a tratar de salir con otra persona para calmar su soledad, pregúntense: “¿Se interesa este individuo en mí debido a que estoy solo y vulnerable?” Quítese los lentes color de rosa que oscurecen la verdadera naturaleza de la otra persona.

* No entable ninguna relación personal mientras no haya resuelto su soledad. Los sentimientos de soledad le impedirán pensar con claridad y percibir el peligro.

* No intente huir de la soledad. Abrace el dolor. Permita que las lágrimas corran. Atraviese el valle oscuro en lugar de huir del mismo o evadirlo. Usted sabrá que está listo o lista para una relación personal seria cuando pueda estar solo y sentirse contento o contenta en el Señor.

* Dese cuenta de que la soledad puede entrar en espiral a la depresión, así que esté alerta a señales de que necesita ir a ver a un médico; como cambios en sus hábitos en cuanto a comidas o a dormir, pérdida o ganancia de peso, preocupación con pensamientos de muerte, sentimientos de tristeza o de insensibilidad que duran por dos semanas o más, dificultad para concentrarse o para disfrutar de actividades agradables, y fatiga.

Dios puede convertir los desiertos en huertos. En realidad puede hacerlo. Que usted halle paz en su lugar de soledad.

viernes, 7 de agosto de 2009

El día que el sol dejó de brillar

Primero fue Hiroshima y luego Nagasaki. Dos ciudades japonesas en donde la luz del sol pareció apagarse ante dos inmensas bolas de fuego que iluminaron el cielo de ambas ciudades el 6 y 9 de agosto de 1945 terminado con las vidas y dejando con quemaduras a más de un cuarto de millón de personas.
Claro, con eso se terminó la guerra, pero los Estados Unidos quedaron marcados para la historia como el único país en el mundo que ha detonado la energía atómica para matar a otros seres humanos.
Los historiadores y aquellos que se dedican a justificar las atrocidades de los seres humanos dicen que si no se hubieran detonado esos artefactos de destrucción masiva, la guerra hubiera continuado en tierras japonesas, quizá significando más pérdidas de vidas…
Alguien dijo que Dios debe haberse quedado asombrado mirando el tremendo poder destructivo de las bombas. Yo creo que la divinidad volvió su rostro entristecido ante tanta locura desatada.
Hoy, los países que cuentan con estos arsenales dicen tener unas 30 mil bombas nucleares. Con menos del 10 por ciento de ellas se puede ya destruir a todos los seres vivos que pueblan este planeta.
Un profeta de la antigüedad dijo que había que volver a Dios mientras aún hubiera vida y esperanza. Creemos que es la única opción ante tanta locura y extravío.
(GS, Jueves 6 de Agosto, 2009)
Dos links que muestran dos videos que hay que ver:
http://www.youtube.com/watch?v=x9lwvImJqT0
http://www.youtube.com/watch?v=7Cwnq-wdXZI