¿Le pidió a Dios que lo llenara con su Espíritu Santo? ¿Está usted lleno del Espíritu Santo ahora? ¿En qué basa su seguridad? (En la fidelidad de Dios mismo y Su Palabra Hebreos 11b; Romanos 14:22,23).
No dependa de sus sentimientos. Nuestra autoridad es la promesa de la Palabra de Dios y no nuestros sentimientos. El cristiano vive por fe, (confianza) en la fidelidad de Dios mismo y Su Palabra. El dibujo del tren nos ilustra la relación entre Dios y su (hecho), la fe (nuestra confianza en Dios y Su Palabra), y los sentimientos (el resultado de nuestra fe y obediencia) (San Juan 14:21).
El tren caminará con o sin furgón de cola. Sin embargo, sería inútil tratar de accionar el tren por el furgón de cola. De la misma manera, nosotros, como cristianos, no dependemos de nuestros sentimientos o emociones, sino que ponemos nuestra fe (confianza) en la fidelidad de Dios y las promesas de Su Palabra.
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