miércoles, 8 de julio de 2009

DIA 25 EL LLAMADO

¿Cómo puedo servir a Dios en mi trabajo?

Nuestro “llamado” primario siempre es el de acercarnos a Cristo. Os Guinness dice en su obra The Call (“El llamado”): “En primer lugar, y por encima de todo, somos llamados a Alguien (Dios), no a algo (como la maternidad, la política o la enseñanza) o a algún lugar (como a los barrios bajos o a la Mongolia Exterior)” (p. 31). Sin embargo, los que somos llamados a Cristo, también somos “llamados” en el sentido de tener una vocación que cumplir. El plan de Dios para nosotros incluye nuestro trabajo.

En los círculos cristianos es común la idea de que los creyentes no pueden servir a Dios a plenitud, a menos que entren en algún tipo de trabajo cristiano “a tiempo completo”, como misioneros, ministros u obreros de iglesia. La raíz de esta manera de pensar es el punto de vista sostenido durante tanto tiempo, según el cual hay una clara división entre lo “sagrado” y lo “secular”, siendo lo sagrado lo más elevado, noble y digno, y lo secular lo más bajo, menos noble y menos digno. Sin embargo, no es éste el punto de vista sostenido por Jesús, ni por sus seguidores. A. W. Tozer, en The Pursuit of God (“La búsqueda de Dios”), se refiere a esa cuestión de esta forma:

Uno de los grandes obstáculos que impiden la paz interior del cristiano es el hábito tan común de dividir nuestra vida en dos aspectos: el sagrado y el secular. Sin embargo, este estado de cosas es totalmente innecesario… Es una creación de la mala comprensión de las cosas. La antítesis entre sagrado y secular no tiene fundamento alguno en el Nuevo Testamento.

Cuando quitamos esta división de nuestra manera de pensar, esto tiene profundas consecuencias para nuestro trabajo diario. La realidad es que Dios llama a las personas a una inmensa variedad de empresas honorables, desde educadores hasta ingenieros, desde escultores hasta científicos, desde campesinos hasta obreros de fábrica, desde técnicos médicos hasta madres en casa con sus hijos. Si recibimos un llamado vocacional así, podemos responder a él con el mismo sentido de propósito y de intensidad que lo haríamos con cualquier otro llamado. El reto consiste en mantener nuestras actividades, ya se trate de diseñar un puente o de cantar en el coro de la iglesia, en armonía con los designios de Dios, en lugar de que estén opuestas a esos designios. Podemos preguntarnos: “¿Son correctas mis motivaciones? ¿Son correctos mis métodos? Si Cristo estuviera aquí de pie junto a mí, mientras manejo esta maquinaria o pinto este cuadro, ¿haría yo algo de una manera distinta?

Después de hacerme cristiano, yo luché con esa tensión entre lo sagrado y lo secular. La mayoría de los demás creyentes que yo conocía, estaban empleados haciendo trabajos relacionados con la iglesia. Mis intereses y mi preparación parecían señalar hacia una carrera de ingeniería y negocios, pero tenía la persistente sensación de que esas actividades eran “menos dignas”. ¿Cómo podría hallar lo más alto de lo que Dios quería para mi trabajo? Yo no quería ser un “ciudadano de segunda”.

Después de un extenso tiempo buscando la voluntad de Dios, me di cuenta de que en realidad, Él me quería guiar. No escuché ninguna voz audible, pero sentí que Él me decía: “John, yo te he llamado a los negocios. Hazlos con todo el corazón”. Como se podrá imaginar, esta claridad fue inmensamente liberadora. Me liberó para seguir con todas mis fuerzas los negocios como mi llamado en la vida, un caminar en el que llevo ya más de cuatro décadas.

¿Tiene usted claro cuál es su llamado vocacional? Yo creo que el Señor le quiere dar seguridad en la profesión que escoja. He aquí algunos indicadores que le podrían ayudar. Pregúntese: ¿En qué cosas soy bueno? ¿Qué disfruto realmente? ¿Hacia dónde señalan mis estudios y mi experiencia? ¿Dónde siento que estoy agradando a Dios?

Tal vez usted vea en su vida unos esquemas que le proporcionen una orientación clara, como si una Mano invisible hubiera estado obrando para guiarlo, aun antes que usted se comprometiera plenamente a seguirle.

La mayor parte de las horas que usted esté despierto, las va a pasar trabajando. Es muy importante que responda a un llamado. En la vida hay más que un simple hacer un trabajo para ganarse un cheque. Dios lo llama y le da un propósito para su vida, allí mismo donde usted se encuentra; en su mismo lugar de trabajo.
Texto bíblico clave Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres (Colosenses 3:23).
Pensamiento clave Yo puedo ser un “fontanero ordenado”.

P.D.: Si desea una explicación más completa de la división entre sagrado y secular, y de la forma en que afecta a su trabajo, le recomiendo que visite el e-libro Loving Monday (“Amar el lunes”), segunda parte (en inglés), en www.lovingmonday.com.

© JOHN D. BECKETT

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