miércoles, 8 de julio de 2009

DIA 4 LA BIBLIA: PALABRA PARA TODOS LOS TIEMPOS

¿Qué tal me va en el cuarto día?

¿Puede decir lo siguiente con pleno convencimiento?
Estoy seguro de haber nacido de nuevo por fe; he salido de las tinieblas a la luz. (Recuerde: nuestra seguridad se basa en la realidad de la promesa de Dios, y no en lo que nosotros sentimos).
Estoy centrado en este lugar y en este momento; no en lo que he sido, ni tampoco en lo que me pueda estar esperando en el futuro.
He entrado en una relación nueva y personal con Jesucristo. Él me ama y me está transformando desde dentro hacia fuera.

De vez en cuando, regresaremos a estos temas. Ahora, le quiero presentar un libro: la Biblia. Ese libro se debe convertir en su amigo y compañero para toda la vida.

En todas las culturas, las palabras son importantes. Son nuestra manera de comunicar datos, ideas, instrucciones, aliento y corrección. No le debería sorprender el que Dios quiera comunicarse con usted por medio de palabras. Hasta cuando se refirió a Jesús, su propio Hijo, lo llamó “la Palabra” (el “Verbo”; vea Juan 1).

La Biblia está formada por sesenta y seis libros. Es una colección de historia, poesía, cartas y relatos hechos por personas de las cuales podemos aprender unas valiosas lecciones. Es el más importantes de los medios para que aprenda quién es Dios, cómo quiere Él que usted viva, y cómo lo quiere ayudar.

Yo no vi siempre la Biblia como esta clase de compañía. Antes de entregarle mi vida a Jesús, la hallaba confusa; hasta misteriosa. Parte del problema estaba en que trataba de leerla como quien lee cualquier otro libro, desde la primera página. Muy pronto me quedaba estancado y la dejaba de lado.

Después que me convertí en creyente, la Biblia comenzó a adquirir vida. Empecé la lectura por uno de los cuatro evangelios que están en el Nuevo Testamento, siguiendo el consejo de un amigo, y descubrí allí un maravilloso recuento de la vida de Jesús. Lo hallé muy real; muy transparente. Sentí que aquello que estaba leyendo estaba produciendo esperanza en mí. Descubrí unas lecciones que se aplicaban a la situación en la que yo me hallaba en esos momentos. De hecho, era frecuente que aquello que leía cada mañana tuviera una aplicación directa a los sucesos que se producían ese mismo día. Recuerdo haber dicho en más de una ocasión: “¡Esto es asombroso!”

Si usted tiene una Biblia, magnífico. Si no, puede encontrar una en línea en www.biblegateway.com. Le sugiero que comience por el evangelio de Lucas. Lea un poco cada día. Mientras lee, deje que esas palabras le hablen, le traigan alguna idea fresca, alguna verdad nueva. Saboree lo que Dios le dice por medio de su palabra, dándole vueltas en la mente, permitiendo que se convierta en una fuente esencial de vida. (Aunque hay algunas cosas que pueden parecer confusas, recuerde que todo lo que hay en la Biblia se encuentra allí con un propósito).

Otra buena práctica sería buscar las citas bíblicas que menciono en este estudio. Esto lo ayudará a familiarizarse con el recorrido por toda la Biblia, y a ver el contexto concreto de uno o varios versículos determinados. (En estos treinta días de estudio, he usado en español la versión Reina-Valera de 1960, a menos que indique otra cosa —como NVI para la Nueva Versión Internacional—, pero siéntase libre de hallar una versión que sea la adecuada para usted).

Como seguramente sabrá, en los proyectos de construcción de todo tipo, los cimientos son críticos. Por ejemplo, en la edificación de un edificio nuevo que tenga un buen número de pisos, hay que hacer con sumo cuidado el trabajo tan “poco encantador” que se realiza por debajo del nivel del terreno. Los cimientos no son lugar para hacer recortes de ninguna clase, aunque dé la impresión de que esta fase de la construcción no se vaya a acabar nunca. En su momento, comienza sobre el nivel del suelo la actividad, y el edificio va tomando forma con gran rapidez. De igual manera, su vida nueva en Cristo debe ser edificada sobre unos cimientos sólidos. El mejor de todos los cimientos es la Biblia. Las situaciones cambian, y los amigos van y vienen. En cambio, la Biblia es “sólida como la roca”. Tome hoy la decisión de edificar sus cimientos sobre la palabra de Dios, convirtiéndola en compañera suya para toda la vida.
Texto bíblico clave La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros (Colosenses 3:16).
Pensamiento clave La Biblia va más allá de ser un depósito para la palabra de Dios; es Dios mismo, hablándome directamente por medio de las palabras que leo.

©JOHN D. BECKETT

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