sábado, 18 de julio de 2009

MOMENTOS MINISTERIALES: EN PRESENCIA DEL ESPÍRITU SANTO

LA AYUDA DEL ESPÍRITU SANTO EN TIEMPOS DIFÍCILES.

La única esperanza que tenemos en medio de los eventos mundiales, es ver la vida desde la perspectiva de Dios. Con su ayuda, podemos más que simplemente sobrevivir; podemos vivir la vida abundante y compartirla con otros.









Permítame compartir un versículo: “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10). El Todopoderoso Dios quien creó y sostiene todas las cosas por su gracia, en su poder, y para su gloria, descendió de la gloria y se vistió de humanidad. Y cuando regresó a su Padre, nos hizo una promesa: “No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.” (Juan 14:18).

Dios quiere llenar a todo creyente con poder, amor y dominio propio. ¿Cómo lo sé? Porque la Palabra de Dios lo promete: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timote 1:7).

Jesús vino a darnos vida abundante en medio de los ataques de Satanás para robar, matar y destruir. ¿Está usted listo para vivir ese estilo de vida? Entonces continúe leyendo.

EL ESPÍRITU SANTO NOS DINAMIZA CON SU PODER

Algunos tenemos “mieditis” acerca del futuro. ¿Sabe por qué estamos temerosos? Porque sentimos que una gran fuerza viene en contra nuestra, mayor que la que está dentro de nosotros.

Debemos creer en la Palabra de Dios que dice: “Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?" (Salmo 27:1). Dios es su fortaleza.

¿Quiere usted tener esperanza en medio de la crisis? Entonces aférrese firmemente a la Palabra de Dios que proclama: “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” (1 Juan 4:4).

EL ESPÍRITU SANTO NOS ENRIQUECE CON AMOR

EL ESPÃRITU SANTO SU MEJOR AMIGO





El amor es una ponderosa fuerza para vencer el terror y el miedo. Si un terrorista le intimida a usted, él ha ganado. Si un terrorista logra que usted le odie, él ha ganado. Usted afirma: “¡Pero él es nuestro enemigo!” Cierto. No obstante, ¿qué dijo Jesús acerca de nuestros enemigos? Que debemos amarles (Mateo 5:44).

Déjeme decirle la diferencia entre el amor y el temor. El amor busca las oportunidades para dar; el temor es auto protector. El amor no piensa maldad; el temor no ve nada más. El amor nos moviliza hacia otras personas; el temor nos aleja de ellas. El amor es la señal de un creyente confiado en Dios; el temor es una señal de duda.

Le desafío a que encuentre a otra persona de una raza y religión diferente a la suya, y le muestre el amor sanador y esperanzador de Jesús. ¡Qué oportunidad de mostrar la diferencia que Jesús hace en nuestras vidas!

EL ESPÍRITU SANTO NOS ILUMINA CON DOMINIO PROPIO

El terror quiere que huyamos en estampida, pero el Espíritu Santo dice: “Ceñid los lomos de vuestro entendimiento” (1 Pedro 1:13). No deje que el diablo le robe de su mente la sabiduría de Dios. En Cristo, usted tiene toda la sabiduría del cielo a su disposición. En Cristo, usted tiene su sonrisa de gracia sobre usted.

Robert Lewis Stevenson contó la historia de un barco luchando por mantenerse a flote durante una tormenta. Los marineros estaban temerosos, y uno de ellos abandonó su puesto y fue hasta la cabina de mando para ver al capitán. Allí lo vio, con toda su fortaleza física y mental, luchando para mantener al barco alejado de las rocas, y timoneándolo con seguridad.

El capitán se volvió hacia él, y el marinero vio que estaba sonriendo. El marinero regresó donde sus compañeros y les dijo: “Estamos bien.” Pero le preguntaron: “¿Cómo lo sabes?” Él les contestó: “He visto el rostro del capitán, y él me sonrió.”

Existen sólo dos lugares en el mundo en donde no hay ninguna esperanza. Uno es el infierno, porque cuando usted está en el infierno, ha perdido toda esperanza. El otro es el cielo, porque ahí usted no necesita ninguna esperanza. Tanto y en cuanto Dios reina (y Él siempre reinará), hay esperanza. No necesitamos estar aterrorizados por nuestro adversario.

Contemple fijamente el rostro de Jesús. Dé un vistazo a todo lo demás. Dios todavía está en el trono.

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