lunes, 19 de enero de 2009

Agonía de un adolescente

Isaías 9:6-7 (DHH)
Porque nos ha nacido un niño, Dios nos ha dado un hijo, al cual se le ha concedido el poder de gobernar. Y le darán estos nombres: Admirable en sus planes, Dios invencible, Padre eterno, Príncipe de la paz. Se sentará en el trono de David; extenderá su poder real a todas partes y la paz no se acabará...

Números 6:25-26 (DHH)
Que el Señor te mire con agrado y te muestre su bondad; que el Señor te mire con amor y te conceda la paz.

En el barrio dicen que soy malo, me tienen miedo. Mis amigos me traicionan, su saludo es "Hasta nunca compañero". De pronto, escucho unos ruidos, no soy capaz de sostenerme y caigo. Me toco, estoy mojado de un líquido rojo, se me acerca la gente y oigo que dicen: "Gracias a Dios lo mataron, porque ese iba a ser tremendo".

Siento la agonía en mi mente, no puedo moverme. ¿Cuándo llegué aquí?, Me siento muy solo, tengo una sensación de amargura y sólo espero encontrar un poco de simpatía, pero no puedo hallarla. Veo cientos de cuerpos en mal estado como el mío. Me han puesto un número y me han colocado en un sitio que dice "Fallecidos con armas de fuego".

El día de mi muerte era como otra cualquiera. Lo último que recuerdo fue que apresuré el paso para sobrepasar a una anciana desesperada. Escuché unos ruidos aterradores y sentí un horrible dolor, me sentí a mí mismo gritando. De repente desperté, todo estaba muy tranquilo, un policía se encontraba a mi lado, luego vi al médico. Mi cuerpo estaba cubierto de sangre, lo raro era que no sentía nada. ¡Por favor no me cubran con esa sábana, no puedo estar muerto!

Me metieron en una nevera. Mis padres me identificaron. ¿Por qué tenía que ver sus lágrimas?, ¡Por favor, alguien que se compadezca de mí, que me despierte; "Sáquenme de aquí, no quiero ver llorar de esa manera a mis padres". ¡Por favor, no me entierren! Si me dan otra oportunidad, juro que seré el mejor hijo de la tierra. Yo no era malo, hacía las cosas porque me admiraban, pero ahora me doy cuenta. ¡Dios mío, sólo tengo 16 años...!

Esta es solo una de las miles de historias que a diario viven nuestros niños y adolescentes, en el mundo todos los días mueren de esta forma, buscando algo que no saben qué es, cómo se llama o cómo se consigue, pero que produce felicidad. La sociedad nos ha vendido la idea del amor y la paz con muchas mentiras, nos ha vendido la idea de que la felicidad está en el sexo, el licor, el dinero, las posesiones, un bonito cuerpo, o incluso en una pirámide, una vela, una piedra y otras miles de cosas inservibles, y mientras tanto nuestro muchachos mueren sin poder encontrar esa identidad, esa paz.

Se nos ha olvidado lo que Dios nos ha dicho a través de los años y los siglos, algo que es muy sencillo, envió a su propio Hijo para que con su muerte pudiéramos obtener paz, sustento, felicidad, prosperidad, amor, pero hay algo que ha querido desviarnos de esa verdad, hay algo o alguien que no quiere que conozcamos esta verdad.

Es nuestra obligación hacer que más seres humanos cada día conozcan que Dios ya hizo todo para que fuésemos felices, envió a su hijo. Cuando ha ausencia de paz tenemos a Cristo el príncipe de Paz, cuando no hay amor tenemos a Cristo que es Amor de Dios, cuando no hay palabras tenemos a Cristo la Palabra de Vida, cuando hay un gran vacío tenemos a Cristo el Pan de Vida. Solo hace falta acercarse a él y pedirle que sea el todo en nuestra vida.

¿Quieres acercarte y conocerle?

No hay comentarios:

Publicar un comentario