miércoles, 21 de enero de 2009

Tiene Sentido

Salmo 23 (NVI)
El Señor es mi Pastor, nada me falta en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce; me infunde nuevas fuerzas. Me guía por sendas de justicia por amor a su Nombre. Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta. Dispones ante mí un banquete en presencia de mis enemigos. Has ungido con perfume mi cabeza; has llenado mi copa a rebosar. La bondad y el amor me seguirán todos los días de mi vida; y en la casa del Señor habitaré para siempre.


Cierto día, caminando por la playa observé a un hombre que se agachaba a cada momento, recogía algo de la arena y lo lanzaba al mar. Hacía lo mismo una y otra vez. Tan pronto como me aproximé me di cuenta de que lo que el hombre recogía eran estrellas de mar que las olas depositaban en la arena, y una a una las arrojaba de nuevo al mar.

Intrigado, lo interrogué sobre lo que estaba haciendo, a lo cual me respondió: Estoy lanzando estas estrellas marinas nuevamente al océano. Como ves , la marea es baja y estas estrellas han quedado en la orilla si no las arrojo al mar morirán aquí por falta de oxígeno.

Entiendo, le dije, pero debe haber miles de estrellas de mar sobre la playa. No puedes lanzarlas a todas. Son demasiadas. Y quizás no te des cuenta de que esto sucede probablemente en cientos de playas a lo largo de la costa. ¿No estás haciendo algo que no tiene sentido?

El hombre sonrió, se inclinó y tomó una estrella marina y mientras la lanzaba de vuelta al mar me respondió: ¡Para esta si lo tuvo!

Muchos de nosotros podemos estar como esas estrellas de mar, muriendo en la vida, ahogados por los problemas, afanes, angustias, ansiedades y miedos. Tal vez existan personas como este hombre, que nos recogen y lanzan de nuevo a la vida, y puede que comencemos de nuevo y hasta que nazcan nuevas esperanzas y sueños, pero vuelve y sube la marea y podemos de nuevo quedar atrapados en la playa.

Pero hay una solución, Jesucristo nos enseñó la forma de permanecer en el mar, solo tenemos que aceptarle y seguirle, aprender de él y aplicar en nuestra vida sus enseñanzas, permitir que dirija nuestra vida, para no volver a quedar atrapados. Él tiene el poder de sacarnos de nuestras angustias y meternos en una hermosa manera de vivir, la que solo se consigue al seguirle.

Puede que el Señor Jesús use un hombre para lanzarte de nuevo a la vida, a una vida con Él. ¿Estás atrapado?, pide al Señor que te guíe, puede estar seguro que lo hará.

No hay comentarios:

Publicar un comentario