miércoles, 21 de enero de 2009

¿Y a mi qué me importa?

Mateo 24:12-13 (RVA)
y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.

Juan 3:16-17 (RVA)

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.


Para Estefanía Valdez, de treinta y seis años de edad, fue una noche más de trabajo, de ocho a diez horas enteras sin parar. Era su trabajo de casi todas las noches y que por cierto, le producía cientos de dólares.

Estefanía Valdez era una prostituta de la ciudad de Nueva York que, además de esto, tenía el virus del SIDA. Era imposible que ejecutara su trabajo de prostitución sin contagiar a sus clientes con el virus. Cuando las autoridades la arrestaron le preguntaron si no tenía conciencia de lo que hacía, porque infectaba a los hombres que utilizaban sus servicios. Su respuesta fue: "¿Y a mí qué me importa?"

Estefanía demostraba una total despreocupación por los hombres con quien se acostaba, una total irresponsabilidad aún conociendo las tremendas consecuencias que sus acciones traerían. Pero aún mas grave que su ayuda para propagar esta enfermedad mortal, es esa frase "¿Y a mí que me importa?". Es una frase que causa tremendos daños en nuestra sociedad. Esta frase parece ser muy común en nuestra sociedad, la decimos demasiadas veces:

"¿Y a mí que me importa?", si dejo a mi mujer e hijos por otra mujer, al fin ya se acabó el amor.

"¿Y a mí que me importa?", que se estén matando unos a otros, al fin nos es mi problema.

"¿Y a mí que me importa?", lo que piense el otro, solo yo tengo la razón.

"¿Y a mí que me importa?", si he visto al que roba y ultraja, al fin no me perjudica a mí.

"¿Y a mí que me importa?"…

"¿Y a mí qué me importa?", es la frase de la despreocupación insensata, la frase de la indiferencia criminal, y la frase de la inconsciencia. Desgraciadamente no es sólo una frase que sale de los labios de una prostituta insensible. Es una frase que se emplea casi a diario. La inmensa mayoría de los seres humanos carece de buenos lineamientos éticos y morales; es por esa razón que existe una enorme desestabilización en todos los ámbitos de la sociedad. El mundo está como está, no porque Dios lo desee así. El mundo está en caos porque el ser humano haciendo mal uso de su libertad.

En nuestra sociedad hoy en día se manifiesta un alto índice de suicidios, delincuencia, drogadicción, rebeldía de los hijos contra los padres, corrupción social, política y religiosa, porque se ha edificado el progreso humano bajo cimientos totalmente equivocados. Pero en medio de todo este caos Dios está llamando a personas como tú, que marquen la diferencia, que le sigan a Él, que crean en su obra de salvación para la humanidad, que sigan las enseñanzas de su Hijo, del mismo Dios hecho hombre, de Cristo el Señor. Acéptale ahora y síguele, el hará en ti cambios que marcarán diferencias. Y ahora habrán más seres humanos que erradiquen de sus vidas esa frase y adopten palabra de Dios en su lugar.

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