Proverbios 6:5-8 (NVI)
Confía en el Señor de todo corazón,
y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos,
y él allanará tus sendas. No seas sabio en tu propia opinión; más bien, teme al Señor y huye del mal. Esto infundirá salud a tu cuerpo y fortalecerá tu ser.
Cuando Jesucristo estaba en la tierra, un joven que creía tener el talento que los escribas y fariseos carecían, decidió atrapar al Señor exponiéndolo a vergüenza, y pensó para sí mismo:
"Atrapare una pequeña ave que quepa en el hueco de mis manos y me presentaré a Jesús y le diré: Maestro tu que todo lo sabes dime ¿qué tengo en mis manos?, el me contestará que tengo un pequeño pajarillo, yo contestare dices bien, ahora dime si esta vivo, o si esta muerto, si el me contesta que esta vivo solo tengo que hacer un pequeño movimiento en mis manos para torcerle el cuello al ave y presentarla muerta, si por el contrario me dice que esta muerto solo tengo que abrir mis manos para que el pajarillo salga volando, y así de esa manera lo pondré en ridículo y será una vergüenza que vuelva a hablar".
Así a sus pensamientos malvados puso acción y con el pajarillo en sus manos se presentó al Maestro quien tenia su mirada puesta en el suelo, y le dijo:
Maestro- tu que todo lo sabes dime: ¿Qué tengo aprisionado entre mis manos?
El Señor sin levantar la mirada le contestó: "Tienes un pequeño pajarillo"
Dices bien contesto el muchacho, ahora dime: ¿esta vivo? o ¿esta muerto?
El Señor levantó su mirada y buscó los ojos del atrevido joven y le contestó:
"Esa decisión esta en tus manos"
Cuántas decisiones pasan por nuestras manos cada día y nosotros no nos damos cuenta que nuestras acciones de hoy tienen consecuencias eternas, cuántas veces hemos tratado de poner en ridículo las creencias de otras personas solo para ocultar el hecho de que las verdades que nos han hablado nos ponen a pensar, tal vez no queremos tomar la decisión de creer, tal vez no queremos cambiar.
Tus decisiones son únicas, nadie puede tomarlas por ti, solo tú eres responsable de ellas, pero hoy Dios te dice: "Fíate del Señor de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; teme al Señor, y apártate del mal; porque será medicina a tu cuerpo, y refrigerio para tus huesos". Proverbios 3:5-8
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