lunes, 19 de enero de 2009

Día de inventario

Efesios 5:15-16 (RVA)
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.


Salmo 119:34 (RVA)
Dame entendimiento, y guardaré tu ley, Y la cumpliré de todo corazón.


Aquel día lo vi distinto. Tenía la mirada enfocada en lo distante. Casi ausente. Pienso ahora que tal vez presentía que ese era el ultimo día de su vida.

Me aproximé y le dije: ¡Buen día, abuelo!.. Y el extendió su silencio. Me senté junto a su sillón y luego de un misterioso instante, exclamó: ¡Hoy es día de inventario, hijo!.

¿Inventario?. Pregunté sorprendido ?.

Si... !El inventario de las cosas perdidas!. Me contestó con cierta energía y no sé si con tristeza o alegría. Y prosiguió: Del lugar de donde yo vengo, las montañas quiebran el cielo como monstruosas presencias constantes, siempre tuve deseos de escalar la más alta, nunca lo hice, no tuve tiempo ni la voluntad suficiente para sobreponerme a mi inercia existencial.

Recuerdo también a Mara, aquella chica que amé en silencio por cuatro años, hasta que un día se marcho del pueblo, sin yo saberlo. También estuve a punto de estudiar ingeniería, pero mis padres no pudieron pagarme los estudios. Además, el trabajo, en la carpintería de mi padre no me permitía viajar.

¡Tantas cosas no concluidas, tantos amores no declarados, tantas oportunidades perdidas!. Luego, su mirada se hundió aun más en el vacío y se humedecieron sus ojos. Y continuó: En los treinta años que estuve casado con Rita, creo que solo cuatro o cinco veces le dije: "Te amo".

Luego de un breve silencio, regresó de su viaje mental y mirándome a los ojos me dijo: Este es mi inventario de cosas perdidas, la revisión de mi vida. A mí ya no me sirve. A ti si. Te lo dejo como regalo para que puedas hacer tu inventario a tiempo".

Y luego, con cierta alegría en el rostro, continuó con entusiasmo y casi divertido. ¿Sabes que he descubierto en estos días?, ¿Que abuelo?. Aguardó unos segundos y no contestó, solo me interrogó nuevamente. ¿Cuál es el pecado mas grave en la vida de un hombre?.

La pregunta me sorprendió y solo atine a decir, con inseguridad. No lo había pensado. Supongo que matar a otros seres humanos, odiar al prójimo y desearle mal. ¿Tener malos pensamientos, tal vez?, Su cara reflejaba negativa.

Me miró intensamente, como remarcando el momento y en tono grave y firme me señalo: El pecado mas grave en la vida de un ser humano es el pecado por omisión. Y lo mas doloroso es descubrir las cosas perdidas sin tener tiempo para encontrarlas y recuperarlas.

Al día siguiente, regrese temprano a casa, luego del entierro del abuelo, para realizar en forma urgente mi propio inventario de las cosas perdidas. El expresarnos nos deja muchas satisfacciones, así que no tengas miedo, y procura no algo que sabes que es bueno...antes de que sea demasiado tarde.

Si, haz un inventario en tu vida hoy, y dile a ese ser: "Te amo, perdóname, me equivoque. Dile a EL, me arrepiento Señor, por favor perdóname

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