martes, 20 de enero de 2009

El Toque del Maestro

Salmos 103:3-5 (DHH)
Él perdona todos tus pecados
y sana todas tus dolencias;
él rescata tu vida del sepulcro
y te cubre de amor y compasión;
él colma de bienes tu vida y te rejuvenece como a las águilas.
Se estaba realizando una pequeña subasta popular en la que figuraban una gran cantidad de objetos. Entre ellos se encontraba un viejo violín, el que presidía la subasta apenas pensaba que valiese la pena ofrecerlo, pero, de todos modos, lo levantó, y sacudiendo el polvo que tenía encima, anunció con una sonrisa:

"Aquí tienen, señores su oportunidad, ¿Quién comienza la puja?, ¿Cuánto me ofrecen por el violín?".

Una voz respondió: "Un dólar". "¿Solamente un dólar?, ¿Nadie ofrece más?. ¿Quién me ofrece dos?".

Fue tras una pausa que alguien ofreció dos dólares; y finalmente un tercero ofreció tres, pero era evidente que no había más interés. Estaba a punto de finalizarse la subasta del viejo violín, el martillo estaba a punto de dar un golpe sentenciando su venta por tres dólares, cuando de repente, un anciano, pidió permiso para tocar el instrumento; ante las risas de algunos, sorprendidos de que alguien pudiera pretender tocar alguna melodía con aquel golpeado y ajado instrumento...

La gente miraba escéptica mientras el viejo ajustaba las cuerdas y colocaba el violín en la posición correcta para tocarlo. Después, tomando el arco, el viejo violinista comenzó a tocar la más maravillosa melodía que jamás ninguno de los asistentes hubiera escuchado. Con singular maestría continuó tocando mientras su audiencia contenía el aliento, fascinada y extasiada.

El viejo violinista finalizó su extraordinaria interpretación. Entonces, en medio del silencio y expectación de todos, el presidente de la subasta, con voz suave, y casi reverente, volvió a hablar:

"Señores, ¿Qué me dicen AHORA?, ¿Qué me ofrecen AHORA por el viejo violín?".

Para espanto de unos y admiración de otros, resonó una voz que dijo: "¡Mil dólares!", otro postor ofreció dos mil; un tercero tres mil; y en ese precio fue finalmente subastado...

Entre muchas voces, una preguntaba impresionada por lo que acababa de suceder: "¿Cómo es posible que este instrumento cambiara de valor tan extraordinariamente en tan poco tiempo?". Alguien que se encontraba a su lado le respondió muy acertadamente: "FUE EL TOQUE DE LA MANO DEL MAESTRO LA QUE LE DIO VALOR..."

Cuántos seres humanos somos como aquel violín, ajado por los problemas, golpeado por las consecuencias de nuestras propias decisiones. Cuántas vidas han sido arruinadas por haber ignorado la voz de Dios y haber desobedecido a sus mandatos, cuando su fin es nuestro propio bien.

Pero ante este cuadro lamentable hay una luz en el camino, un Maestro que nos toca y nos da valor, nos da nueva vida, nos devuelve la alegría y la fe, la ilusión y el futuro. Ese Maestro es Jesucristo. Déjate tocar ahora por el Maestro y verás como tu vida cambia de valor ahora y por la eternidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario