lunes, 19 de enero de 2009

Al abrigo del Altísimo

Salmo 91 (DHH)
El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente...
Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro...

Hace algunos años en el Parque Natural de Yellowstne ocurrió un incendio forestal muy grande, los guardabosques iniciaron una larga jornada montaña arriba para valorar los daños del incendio.

Uno de ellos encontró un pájaro literalmente petrificado, posado en la base de un árbol con sus alas extendidas. Un poco asombrado por el espeluznante espectáculo le dio unos golpecitos al pajarillo con una vara. En ese instante salieron tres diminutos polluelos escabulléndose bajo las alas de su madre ya muerta.

La amorosa madre, en su afán de impedir el desastre, había llevado a sus hijos a la base del árbol y los había acurrucado bajo sus alas, instintivamente conociendo que el humo tóxico ascendería. Ella podía haber volado para encontrar su seguridad, pero se había negado a abandonar a sus bebes. Cuando las llamas llegaron y quemó su pequeño cuerpo ella permaneció firme. Porque había decidido morir para que aquellos que estaban bajo sus alas pudiesen vivir.

Esta historia nos muestra la magnitud del amor maternal, pero más precioso y más grande es el amor de nuestro Dios, el amor de Dios prevalece, por eso debemos estar confiados en él, sabiendo que debajo de sus alas estamos seguros.

¿Deja que sus alas te cubran?

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