Romanos 10:9-11 (RVA)
Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.
El temible profesor de Filosofía tenía una meta para cada semestre, probar que Dios no podía existir. Sus estudiantes siempre tuvieron miedo de discutir con él por su lógica impecable. Durante 20 años siempre pensó que nadie, en su clase ni fuera de ella, tenía el valor de ir en su contra. Claro, algunos habían discutido en clase alguna vez, pero nunca realmente en su contra, y no lo hacían porque él tenía una gran reputación. Al final de cada semestre, en el último día, el pediría a su clase de 300 estudiantes "Si hay alguien que todavía cree en Jesús, póngase en pie".
En 20 años, nunca nadie lo hizo. Ellos sabían lo que venia después, el diría: "Porque todo aquel que cree en Dios es un tonto. Si Dios existiera, el lo demostraría impidiendo que este pedazo de tiza se rompiera al golpear el piso, seria tan sencillo para El, probar que es Dios, y aun así no puede hacerlo". Y así, cada año azotaba un pedazo de tiza en el suelo para que se rompiera en pedazos. Los estudiantes no podían hacer más que mirar. La mayoría de los estudiantes terminaban convencidos de que Dios no existía. Ciertamente, uno que otro cristiano se había colado, pero por 20 años habían tenido miedo de ponerse de pie. Pues bien, hace unos años, un joven cristiano, que había oído historias sobre este maestro, tuvo que inscribirse en esta clase, pues sino, no podría terminar su carrera.
Tenía miedo, durante los primeros 3 meses de aquel semestre oraba todos los días por tener el valor de ponerse en pie, sin importar lo que dijera el maestro, o lo que pensaran sus compañeros de clase. Nada de lo que dijeran quebrantaría su fe. Finalmente llego el día. El profesor dijo: " Si hay alguien que todavía cree en Dios, que se ponga en pie". El profesor y la clase de 300 alumnos miraron al joven fijamente mientras se ponía en pie en el fondo del salón. El profesor grito "TONTO, Si Dios existiera lo probaría evitando que este pedazo de tiza se rompa al golpear el piso". Acto seguido arrojo la tiza, pero al momento que lo hizo la tiza se resbaló de sus dedos y fue resbalando por su manga, por los pliegues de su pantalón y por su zapato hasta que, intacto, rodó por el suelo.
El profesor quedó con la boca abierta observando la tiza en el suelo, después levantó su mirada al joven que estaba en pie y, sin decir más palabras, salió del salón. El joven entonces paso al frente del y hablo de su fe en Jesús por la siguiente media hora. Los 300 estudiantes escucharon como hablaba del amor de Dios hacia ellos y de su poder.
Todos tenemos una de dos alternativas, creer o no, yo he decidido creer y ponerme en pie, ¿tú qué decides?.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario