Todas las sendas del Señor son amor y verdad para quienes cumplen los preceptos de su pacto.
La auxiliar de vuelo nos dijo que volviéramos a nuestros asientos porque nos aproximábamos a una zona de turbulencias. Se trataba de un vuelo problemático y la gente tardó bastante en reaccionar; pero ella nos advirtió de nuevo: <
Muchos lo hicieron. Pero unos pocos no, así es que ella cambió el tono: <
Creía que todos estaban sentados, pero era evidente que estaba equivocado, porque la próxima voz que oí fue la del piloto: <
Queremos ser bien claros en cuanto a nuestra responsabilidad. Mi trabajo es pasar con ustedes a través de la tormenta. Su trabajo es hacer lo que les digo. ¡Así que tomen asiento y abróchense los cinturones>>. En ese momento se abrió la puerta del baño y apareció un tipo con el rostro rojo de vergüenza y con una sonrisa tímida se fue a sentar.
Los buenos pilotos hacen lo que sea necesario con tal de llevar a sus pasajeros a casa. Así es Dios, ¿Cuánto quieres que Dios haga para que le prestes atención?. La historia es sencilla. Dios hizo al hombre. El hombre rechazó a Dios. Dios no se dará por vencido hasta que traiga al hombre de vuelta a Él.
Así como el piloto hoy Dios te dice a ti: <
Tomado de "El Trueno Apacible" de Max Lucado.
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