martes, 20 de enero de 2009

Lo que pienso de ti

Jeremías 29:11 (RVA)
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.


Cierto día una maestra pidió a sus alumnos que pusieran los nombres de sus compañeros de clase en una hoja de papel, dejando un espacio entre nombre y nombre. Luego les pidió que pensaran en la cosa más linda que pudieran decir de cada uno de sus compañeros y que lo escribieran debajo de su nombre.

Tomó el resto del período de la clase esta tarea, a medida que los alumnos dejaban el aula, entregaban a la maestra la hoja de papel. Durante ese fin de semana la maestra escribió el nombre de cada uno de sus alumnos en hojas separadas de papel y copió en ella todas las cosas lindas que cada uno de sus compañeros había escrito acerca de él.

El lunes entregó a cada alumno su lista. Casi inmediatamente toda la clase estaba sonriendo. "¿Es verdad?", ella escuchó a alguien diciendo casi como en un susurro. "Yo nunca supe que podía significar algo para alguien", y "Yo no sabía que mis compañeros me querían tanto", eran los comentarios.

Nadie volvió a mencionar aquellos papeles en clase. La maestra nunca supo si ellos comentaron su contenido con alguno de sus compañeros o con sus padres, eso no era lo importante. El ejercicio había cumplido su propósito. Los alumnos estaban felices consigo mismos y con sus compañeros.

Años más tarde uno de los estudiantes fue muerto en Vietnam y la maestra asistió a su funeral. La iglesia estaba llena con sus amigos. Uno a uno de aquellos que tanto lo apreciaban caminaron silenciosamente para darle una última mirada. La maestra fue la última en acercarse al ataúd. Mientras estaba allí, uno de los soldados que actuaba como guardia de honor se acercó a ella y le
preguntó:

"¿Era usted la profesora de matemáticas de Marcos"?.

"Sí".

"Marcos hablaba mucho acerca de usted"

Después del funeral la mayoría de los compañeros de Marcos fueron juntos a una merienda. Allí estaban también los padres de Marcos, obviamente deseando hablar con su profesora.

"Queríamos mostrarle algo", dijo el padre, sacando del bolsillo una billetera.

"Lo encontraron en la ropa de Marcos cuando fue muerto. Pensamos que tal vez usted lo reconocería". Dijo Abriendo la billetera, sacó cuidadosamente dos pedazos de papel gastados que él había arreglado con cinta y que se veía que había sido abierto y cerrado muchas veces.

La maestra se dio cuenta aún sin mirar mucho que era la hoja en la que ella había registrado todas las cosas lindas que los compañeros de Marcos habían escrito acerca de él.

"Gracias por haber hecho lo que hizo" dijo la madre de Marcos. "Como usted ve Marcos lo guardaba como un tesoro"

Todos los compañeros de Marcos comenzaron a juntarse alrededor. Carlos sonrió y dijo tímidamente: "Yo todavía tengo mi lista. La tengo en el cajón de encima, de un armario que tengo en mi escritorio". La esposa de Felipe dijo: "Felipe me pidió que pusiera el suyo en el álbum de casamiento". "Yo tengo el mío también", dijo. "Está en mi diario". Entonces Victoria, otra de sus compañeras, metió la mano en su cartera, sacó una billetera y mostró al grupo su gastada y arrugada lista. "Yo la llevo conmigo todo el tiempo".

Fue entonces cuando la maestra se sentó y lloró. Lloró por Marcos y por todos sus compañeros que no lo volverían a ver. No había medido la magnitud de esta sencilla práctica de una clase, ¿cómo podían trascender tanto unas sencillas palabras de afecto escritas en una hoja de papel?

Hno.Vladimir

Cada uno de nosotros tenemos conciencia de lo que puede afectar una palabra de rechazo hacia alguien; es mas, somos tan concientes de esto que en algunos momentos hacemos uso de esto para herir o para hacernos sentir. Parece que no fuésemos concientes de lo contrario, de que una palabra de afecto, aprecio, de amor, hace milagros en las vidas de las personas. Pensamos muchas cosas acerca de los demás, cosas buenas y otras no tan buenas, pero tenemos cierta tendencia a manifestar los malos pensamientos y no los buenos.

¿Qué piensas tú de tus hermanos?, ¿qué piensas tú de tus compañeros de trabajo?, ¿qué piensas tú de tus compañeros de estudio?, ¿de tus padres?, ¿de tus hijos?, ¿de tu esposa¿, ¿de tu esposo?...

...¿Qué piensan todos ellos de mi?...

Es difícil responder a estas preguntas, la respuesta más probable es "No lo sé", o quizás se viene a la mente lo tanto que nos incomoda esa persona, o lo poco que nos gusta cuando ríe o cuando habla. Necesitamos cambiar esta práctica y hacer lo que esta maestra hizo con sus alumnos, y quizás nos ayude saber lo que piensa el ser más importante acerca de nosotros, Dios:

Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Jeremías 29:11

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